Bebercio cumple siete años

¡Parabienes para Bebercio en su séptimo aniversario!

Como os anticipaba ayer, hoy tenemos entrada extraordinaria, en jueves en lugar de miércoles o domingo, para hacerla coincidir con la fecha exacta del cumpleaños de este vuestro blog. Como es tradicional cada año, vamos a hacer un pequeño resumen de lo acontecido durante los últimos doce meses y plantear lo que queremos para los siguientes.

Ha sido el séptimo de Bebercio un año extraño por dos factores, uno externo (la pandemia) y otro interno (el primer año completo con publicaciones bisemanales y no diarias). El primer factor no consiguió evitar nuestros periplos anuales por el Benelux y Portugal (habrá que ver en la próxima ocasión, porque nos están poniendo lo de viajar cada vez más complicado). El segundo ha hecho que un servidor experimente, en cierta medida, los viajes en el tiempo: ya está todo programado hasta abril de 2022, Bebercio vive un año en el futuro (cuando aparecen catas recientes es porque las he encajado moviéndolo todo, como en el cubo de Rubik).

Bien, vamos con el resumen de los últimos doce meses: como es tradición, los números de vinos y de cervezas van perfectamente parejos: con el vino que se publicará en la próxima entrada (el domingo) llevaremos 909 de cada. Hemos superado la barrera de los cien riojas y de los cincuenta riberas, por cierto. ¿Rioja o Ribera?, ese gran tópico español.

Pese a las restricciones, hemos conseguido visitar cuatro restaurantes (dos en Madrid, uno en Alcalá de Henares y el cuarto en Amberes) y dos cafés de barista (en Málaga y Alcalá). Media docenita de lugares para un año muy restrictivo, no nos quejamos (aunque son números modestos comparados con otros años, claro).

Y no olvidemos mencionar uno de los grandes logros bebercieros de siempre: el senbazuru con etiquetas de litrona, cuya realización ha ocupado estos últimos doce meses de los que estamos dando cuenta (y alguno más). Por cierto, los de Mahou todavía no han contactado conmigo para llevarnos a las grullas de papel y a un servidor a Hiroshima, y eso que les escribí al respecto. Cómo son.

Aunque de forma modesta, también han subido los números de AOVE (tres más, uno de ellos portugués), whisky (dos más, incluyendo el primero belga que aparece en Bebercio) y vermú (con una sola entrada nueva). Para quienes piensen que es un incremento escaso, debo hacer hincapié, por un lado, en que el grueso del blog está dedicado a cerveza y vino (y ahí los números sí son más llamativos, como hemos mencionado más arriba); y por otro en que el formato cambió y el volumen de catas (de cualquier tipo) se ha visto reducido en un factor de 7 a 2.

¿Y para los siguientes 365 días? Pues como os decía antes, en este caso concreto no va a ser, como en los demás cumpleaños bebercieros, la expresión de una voluntad, sino de un hecho, porque ya está todo programado hasta el próximo aniversario. Es evidente que no está escrito en piedra y que puede haber cambios si catamos o conocemos algo que interese colar. Pero de entrada os anticipo, mirando en la bola de cristal, que va a merecer la pena...

Gracias a todos por estos siete años. Continuamos el viaje.