Un vino regional del Alentejo, y ya llevamos unos cuantos de esta tierra portuguesa llena de dehesas de alcornoques y restos arqueológicos, desde dólmenes prehistóricos y templos romanos a acueductos medievales y palacios renacentistas, y que produce magníficos vinos, sobre todo tintos, como el de hoy.
Se trata de un polivarietal de tres variedades (o castas, como se dice en portugués): touriga nacional (que, como su nombre indica, es portuguesa), cabernet sauvignon (francesa de origen, aunque omnipresente ya en todo el mundo) y aragonez (que no es otra que la tempranillo española aclimatada a tierras lusas). Tiene ocho meses de crianza en barricas de roble francés.
El nombre escogido es un homenaje a la "última reina de Portugal", Augusta Victoria de Hohenzollern, princesa alemana, que se casó con Manuel II, último rey del país, tres años tras haber sido este depuesto y declarada la república. Vivió con su marido en Inglaterra, donde fue reina consorte en el exilio.
La imagen de la etiqueta representa el coche de caballos (una berlina de gala) que empleaban los reyes portugueses en ciertas ocasiones.
- Picota muy cubierto, casi negro, con ribete todavía algo violáceo pero virando ya a cardenalicio. Lágrima muy escasa.
- Intensidad aromática elevada: una primera nota interesante de jamón serrano (no ibérico), frutas negras maduras (grosella negra, mora), pizarra, humo.
- Seco, apenas graso (ya lo anticipaba la falta de lágrima). Paso fresco, ligeramente pungente (ahí se nota la variedad francesa). Final largo, con taninos marcados y notas balsámicas. Muy rico.
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