St. Sebastiaan grand cru

En Meer, al norte de Bélgica, muy cerquita de los Países Bajos, está la Brouwerij Sterkens, que ha obtenido cierta fama porque sus cervezas van, a menudo, en preciosas botellas de cerámica de medio litro con cierre tipo flip-top.

Desde crío me han maravillado estas preciosas botellas, pero nunca había probado una de las cervezas que contienen: antaño porque no podía beber alcohol y hogaño porque cuestan la friolera de 6,30€ cada una. Imagino que el precio lo determinará más el collar que el perro, es decir, más la botella que la cerveza. Desde luego, por la pasta que uno paga y siendo tan chula, hay que guardarla tras pimplarse el contenido. Se puede usar de cantimplora rústica para la nevera.

St. Sebastiaan grand cru. Cerveza belga tipo tripel. 7,6% 
Catada el 28 de febrero de 2016.

• Ámbar cobrizo con abundante crema color marfil.
• Aromas de naranja, melocotón, limaduras de hierro, flores blancas y masa de galletas.
• Equilibrada, con mucho cuerpo. Buen balance entre dulzor y amargor. Persistencia alta.

Entendámonos: no está nada mal, pero cuesta un disparate. Puedo entender comprarla una vez para catarla y guardar la botella, que es una chulada. Pero ¿más de una vez? La veo prohibitiva. Hay cervezas del mismo estilo aun mejores por tres veces menos dinero (por ejemplo entre las trapenses, sin ir más lejos).