Por cierto, en ambos casos vemos el término oude: significa "viejo" o "antiguo" en neerlandés, y nos da una información un tanto ambigua: ya puede interpretarse que son cervezas "envejecidas" (en barrica y en botella), ya que elaboradas "a la antigua" por oposición a técnicas modernas.
La verdad es que ambas interpretaciones son correctas: en el caso de la de cerezas (kriek es "cereza") tiene más que ver con el envejecimiento, aunque también con las técnicas; en el de la geuze (que siempre mezcla cervezas envejecidas con otras más jóvenes, aunque las proporciones varían) más con el hecho de no llevar edulcorante alguno. Pero todo tiene que ver, así que, parafraseando a Windows, "sí a todo".
Nuestra oude geuze de hoy viene desde Lambeek, cerca de Bruselas, en botella de 3/8 tapada con corcho y morrión. Nos indican en la etiqueta que su campaña fue la correspondiente a la temporada 2013/14; así pues, tiene ya tres añitos cumplidos. Estas cervezas son capaces de evolucionar en botella durante décadas, por lo que tres años no es tanto para ellas, aunque suene a mogollón.
Boon oude geuze 2013-2014. Lambic belga tipo oude geuze. 7%.
Catada el 4 de marzo de 2017.
- Dorado pálido, turbio, con abundante crema blanquecina.
- Aromas típicos del estilo: manzana verde (incluso sidra), masa de pan fermentando, levadura.
- Muy seca, con paso netamente acídico. Final más largo de lo que cabría esperar, sin amargor alguno.
Compartida en la cervecería Oldenburg (Madrid), donde costó 6€.
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