En 2014 se publicó en Bebercio La Trappe quadrupel, un birrote en todos los sentidos que elaboran los monjes trapenses de la abadía de Nuestra Señora en Koningshoeven, Países Bajos.
Estos hermanos decidieron en 2010 que la cerveza era lo suficientemente compleja como para envejecerla en barrica, así que sacaron una primera partida en junio de ese año. Habían envejecido la cerveza en varias barricas diferentes que luego mezclaron cuidadosamente: unas eran nuevas, otras habían contenido previamente otros bebercios; unas eran de roble, otras de acacia... y se dieron cuenta de que podían cambiar la fórmula de las barricas de partida en partida. Había nacido un nuevo paradigma en el mundo trapense.
Desde entonces sacan unas tres partidas al año (a veces se lían la manta a la cabeza y sacan cinco en uno solo). Van, cuando esto se publica, por la 27, y les deseo mucho éxito y que lleguen muy alto. Cuando estuve por la abadía con mi señor padre hace tres años, él tuvo a bien regalarme la que acababa de salir en ese momento, que ostentaba el número de partida 16. Gracias, padre.
Ya de vuelta, la birra durmió el sueño de los justos durante más de tres años en la cava particular de un servidor. Y sin mayores razones que el apetito (ordenado, eso sí) de catarla por fin, la he catado por fin. Así que vamos a ver en qué consiste este cervezote.
La partida número 16 se mezcló, como si de un Blended Scotch se tratase, en marzo de 2014, a partir de cinco barricas diferentes, todas ellas de roble. La que mayor porcentaje representaba (un 37%) había contenido previamente brandy. Con un 27% llegaba en segundo lugar otra que había albergado en su interior oloroso. Vamos bien, desde luego. Las tres últimas suponen el mismo aporte: 12% cada una. Dos eran nuevas (una con tueste medio y otra con tueste alto) y la tercera había contenido previamente pinot noir de cosecha tardía. Echadle guindas al pavo.
La Trappe quadrupel oak aged (batch #16). Cerveza trapense neerlandesa cuádruple envejecida en barrica. 10%
Catada el 23 de mayo de 2017.
- Al servirla vierte densa y lentamente, formando una crema amarillenta que desaparece tan pronto como se crea. La capa es granate virando a marrón, muy cubierta y con bastante turbidez. No tiene burbuja alguna, tampoco.
- Intensidad aromática muy alta: huele más a vino dulce que a cerveza trapense, para ser sincero (a mi hermana le recordó en nariz al moscatel de La Cigarrera que probamos hace poco). . Diversidad aromática sorprendente: de entrada miel, melaza, nuez moscada y regaliz duro. El etanol es evidente en nariz, como lo son también los ésteres (no todo el mundo está preparado para esto, ojo). Bayas rojas, plátano sobremadurado, chocolate con leche, higos secos, turrón de Jijona... Compleja, potente y muy alejada de otras cuádruples, incluso de la que supone su propio germen antes del paso por barrica (como apuntaba antes, parece más un vino dulce: a mí me recuerda a un oporto LBV o a un Maury).
- En boca se confirma lo que el ojo anunciaba: no queda rastro de carbónico, y es muy grasa y oleosa. Alcohólica, potente pero sin llegar a resultar demasiado agresiva. Ataque dulzón, paso umami. No hay amargor alguno (ni de los lúpulos ni de las barricas). Final cálido, duradero y agridulzón con reminiscencias de galletas caseras y fresas deshidratadas.
Ni gota de crema o burbujas, como os decía.
Como tremenda birra trapense que ha sido guardada años, vuelve a aparecer el mamut en vez de los elefantitos.
¿Por qué la botella muestra la contraetiqueta? Para que, si ampliáis, podáis ver el número de lote sobreimpreso: es la única forma de atestiguar que, efectivamente, es el 16. Por cierto, esta cerveza está totalmente retirada del mercado, la única posibilidad de catarla es encontrar algún coleccionista que os la venda (o, como el chache, haberla conseguido en su momento y tenerla guardada, claro).
Por cierto, en la foto veis la cerveza servida en su propio cáliz, que parece lo canónico. Sin embargo, dada la potencia, el cuerpo y la intensidad aromática que tiene, dudé entre esta copa o una de balón. Opté por esta y no le va mal, pero creo que también el balón hubiera sido buena opción.
Gracias por vuestra atención. Nos vemos mañana si así lo queréis.
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