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jueves, 27 de julio de 2017

Beneficios del café para la salud

Seguro que lo habéis escuchado o leído durante la última semana en las noticias de todos los medios: después de años demonizado, ahora el café se eleva a los altares de los superalimentos, aquellos alimentos que, consumidos regularmente (lo ideal es a diario) prolongan la vida y mejoran la salud.


 
La ciencia es falible y está hecha por humanos (más falibles todavía), y eso explica que los paradigmas vayan cambiando con el tiempo, en ocasiones de forma radical. Pero también es cierto que es nuestra mejor guía, así que no nos volvamos locos y prestemos atención, pero críticamente y cogiéndolo todo con pinzas.

Como estimulante que es, el café se incluyó entre las sustancias potencialmente peligrosas de todo tipo y condición, que van desde alimentos básicos como la sal o el azúcar hasta drogas terribles como la heroína. ¿Es adictivo el café? Vaya que sí. ¿Es malo? Pues parece que no, sino todo lo contrario: es buenísimo. Adictivo pero buenísimo.

La cuestión es que todo debe, como os decía, tomarse con pinzas: el café es bueno, pero solo el café. Nada de azúcar (ya tomamos de sobra con la fruta y los demás alimentos, añadir azúcar siempre es una mala idea) ni de leche (la leche para los bebés, no le quitéis a los lactantes su alimento, caramba. Además, la mayor parte de la población tiene intolerancia a la lactosa, un mecanismo evolutivo para evitar, precisamente, que los adultos compitan con los bebés. Vergüenza debería daros).

Bien, ya sabemos que hablamos de café, y nada más que café. Además, señoras y señores, café bueno: nada de sucedáneos (achicorias y tal), solubles (Nescafé y tal), liofilizados (Nespresso y tal) o versiones chuscas (torrefactos y tal). Café de calidad, a ser posible recién molido, de orígenes conocidos, con tueste natural, elaborado en máquinas limpias y bebido sin añadido alguno. Vamos, como lo toman los cafeteros. ¡Ah! Y a la temperatura adecuada, que hirviendo es una pilonga.



Resulta que se ha descubierto que el café, tomado a diario (entre una taza diaria y hasta un tercio, esto es, tanta cantidad como una lata de refresco o un tercio de cerveza) puede alargar la esperanza de vida significativamente, incluso muchos años (hablan de hasta 16 o 18). Alarga la vida de todo el mundo, pero bastante más, oiga, la de los varones. Cosas estadísticas, que le pregunten al café.

¿Por qué? Pues porque el café es rico en antioxidantes, combate la resistencia a la insulina, mejora la actividad hepática y es antiinlamatorio. Y es que la oxidación y la inflamación son cosas chunguísimas, mientras que ayudar al páncreas o al hígado siempre es positivo. Además, el café es rico en fenoles, que son anticancerígenos y mejoran la circulación sanguínea.

¿Y todo esto lo digo yo porque sí? Pues no, es el resultado de estudios muy sesudos, publicados en la revista Annals of Internal Medicine: aquí tenéis uno de ellos; aquí otro. Y un buen resumen (en inglés, eso sí) es este de The Telegraph, titulado "Beber una taza de café puede sumar nueve minutos de vida cada día". Mola.

Este sumiller es un apasionado del café (hasta hay una etiqueta en Bebercio dedicada al café) y siempre lo bebe de calidad, solo y sin azúcar; por ahí resulta que, además de disfrutar, sigue un hábito de vida saludable. Miel sobre hojuelas.



Espero que todos tengáis una vida larga y saludable; si el café os puede ayudar, mirad qué bien.

Hablando de vidas largas y saludables: con esta entrada, Bebercio llega a la número 1200. Quizás sea, entre otras razones, por el café; quién sabe.

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