En Inglaterra, desde tiempo inmemorial, los labradores y campesinos han tomado un almuerzo frugal a media mañana consistente en pan, queso y encurtidos; todo ello acompañado por una jarrita de cerveza de alta fermentación. Y es precisamente a esta colación a la que se ha llamado Ploughman's lunch, es decir, "almuerzo del labrador".
Lógicamente, con el paso de los siglos, se han ido añadiendo ingredientes y especificaciones a tan simple alimento: por ejemplo, los encurtidos se fueron envasando y estandarizando (el Branston Pickle fue el primero; Heinz tiene un Ploughman's Relish; en ambos casos tenemos encurtidos troceados tales como coliflor, rutabaga, cebolla y zanahoria nadando en una matriz a base de vinagre, azúcar, tomate y manzana).
Por otra parte el Cheese Bureau, organismo inglés para el fomento del queso, se puso las pilas en la Gran Bretaña de los años 50 para tratar de incrementar las ventas de dicho alimento, y empezó a promocionar su servicio en los pubs (que en la isla son legión) y que se asociara fuertemente a la birra (que es por lo que viene a cuento en Bebercio). Así pues, hoy es facilísimo poder zamparse uno por precios económicos en cualquier pub británico junto a una pinta.
Una última razón por la que os hablo de esto: es un plato que me encanta, así como su correspondiente maridaje. Probadlo y me contáis.
Versión propia mezclando orígenes. Tenemos un plato inglés, pero los ingredientes son españoles (queso Ibores, extremeño), estadounidenses (Heinz ploughman's pickle) y alemanes (Paulaner hefe-weissbier, cerveza de trigo bávara). Y una rebanada de pan tostado (integral, por supuesto).
Y es que no hay nada mejor que almorzar con cerveza. Ese plato tiene una pinta estupenda.
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