Hasta hoy no teníamos en Bebercio ningún vino palmero (de la DO La Palma, que abarca toda esta isla, la más noroccidental de las Canarias), pero esa carencia va a ser inmediatamente subsanada.
La cooperativa Llanovid tiene dos marcas: Teneguía y Llanos Negros. A esta segunda pertenece el vino que hoy catamos, proveniente fundamentalmente del terruño que le da nombre: Los Tabaqueros.
Es un polivarietal de uvas autóctonas, apenas conocidas fuera del archipiélago: sabro, malvasía aromática, vijariego y listán blanco. Es un blanco peculiar en tanto en cuanto ha tenido una crianza prolongada: 9 años. Y no en barrica, sino en cuba de acero inoxidable; los primeros 9 meses con sus lías y después en reposo absoluto. Tras embotellarse a finales de julio de 2015, ha llevado a cabo una guarda en botella de casi ocho años, hasta nuestra cata. 17 años en total, telita.
En la etiqueta nos especifican que los viñedos son de pie franco (sin injertar con pie americano), una afirmación de la que no desconfío dado que estamos en las Canarias. ¿Por qué digo esto? Os cuento:
En la segunda mitad del s. XIX hubo en Europa una plaga de filoxera (un pulgón parásito de la vid) que diezmó los viñedos del subcontinente. A punto estuvo de cargárselo todo, hasta que empezaron a injertar con pies americanos, resistentes al insecto. Así, las escasas cepas originales (pies francos) que lograron sobrevivir adquirieron un valor añadido por su rareza.
Andando el tiempo hubo más de uno que vio filón en ello y, aprovechando que en todo el campo podía restar una vid sin injertar, empezó a poner lo de "pie franco" en la etiqueta, llamando claramente a engaño.
No obstante, la filoxera no llegó a los archipiélagos, que están muy lejos (bajo el punto de vista geológico ni siquiera forman parte de Europa), así que los viñedos canarios, de Madeira o de las Azores son todos prefiloxéricos y pueden presumir en las etiquetas de "pie franco". Por cierto, hay una DOC continental que también: la lusa Colares, diminuta, cuyas vides se plantan en la arena. Pero esa es otra historia.
- Dorado intenso, limpio, con abundante lágrima.
- Intensidad aromática media: limón seco, perita verde, chirimoya, membrillo (la fruta, no el dulce). También pimienta blanca e hinojo.
- Muy graso y con abundante alcohol, lo que puede confundirnos y llevarnos a pensar que el ataque es abocado, pese a ser seco. Paso lento, oleoso, con acidez suficiente para no resultar pesado. Final de persistencia media con nuevas notas de cítricos deshidratados y hierbas de tocador.
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