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lunes, 19 de mayo de 2014

Grand Vintage 2003 de Moët & Chandon

Si os fijáis en el título de esta entrada, he puesto primero lo de "Grand Vintage" que el nombre de la casa (Moët) para no llamar a engaño. No tiene nada que ver lo que la gente suele tener en la cabeza cuando piensa en Moët (el Imperial) con el vino que hoy nos ocupa. El Imperial, a mi juicio, es un producto ramplón, o directamente chungo, muy bien publicitado y distribuido. Sin embargo, con sus "Grandes añadas" se salen, y nos dan unos espumosos de grandísima calidad.

Lo normal en un espumoso, tanto champagne como cava cuanto otros, es que no tenga añada, porque resulta de una mezcla de varias. Sin embargo, ciertas casas apuestan por ciertas añadas que se han dado especialmente bien, y sacan al mercado espumosos con añada. Era el caso en el Celebris que ya catamos hace algún tiempo, que era de 1998, y es el caso hoy. Tened en cuenta que, si bien el hecho de que hayan guardado una añada y no otra nos indica que será, en principio, de mayor calidad, puede muy bien ocurrir que un espumoso sin añada sea excelente: acordaos de la cata de Krug rosé, con diferencia el espumoso rosado mejor de mi vida (y sin añada).

Esta botella que hoy nos ocupa me la regalaron los de la propia bodega en la Journée des Champagnes del año 2009, que se celebró en el hotel Palace de Madrid. El motivo del regalo fue curioso: el representante de Moët explicaba a cada asistente que las uvas implicadas en la elaboración del vino eran la terna clásica de Champagne: chardonnay, pinot noir y pinot meunier. Es tradición despreciar la última, porque en tiempos pretéritos era la menos interesante; pero el buen hacer de los enólogos permite hoy día llevar a cabo grandes vinos con ella. Sin embargo, mucha gente está anclada en esos tiempos y, cuando nuestro representante decía que la uva mayoritaria (43%) era la p. meunier, esta gente se llevaba las manos a la cabeza. Cuando aparecí yo, sin tener ni idea, y me contó lo de la p. meunier como uva mayoritaria, casi pidiéndome perdón, yo le contesté que me parecía una uva víctima de su mala fama y que había que reivindicarla; el hombre se alegró mucho y me dijo que por mi buen gusto me regalaba una botella, con su caja y todo. ¡Toma ya!

Algún tiempo después me la bebí con mi madre y mis tíos, de los que también os he hablado alguna vez (creo que al catar el Krug rosé, precisamente). Y el resultado de la cata fue el siguiente:

Grand Vintage 2003 brut
Bodegas Moët & Chandon
12,5%
Catado el 29 de noviembre de 2009
  • Amarillo dorado. Burbuja diminuta.
  • Bollería (brioche, masa), flores blancas (azahar), cítricos (naranja dulce), albaricoque, orejón, melocotón, oliva verde... Al cabo de un tiempo, café.
  • Seco, suave y untuoso, con una leve acidez bien integrada y un final muy largo, con notas salinas. Excelente.
 Aquí estamos, entre mis tíos, el Grand Vintage 2003 y yo. En la caja indican las añadas que han sido consideradas merecedoras del apelativo "grand".

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