Ayer estuve con mi madre y con mi perro dando un paseo por la Feria del Libro. Una mañana estupenda, paseo agradable, un par de libros que hacía tiempo quería... Además, aproveché según iba para pasar por la cuesta Moyano y vender algunos libros usados. Y mi perro goza en El Retiro, como comprenderéis.
Os voy a dejar la cata de una cerveza no muy conocida dentro de una marca que sí es muy conocida: Leffe. Es la marca de cervezas de abadía del grupo InBev, que ya es la mayor cervecera del mundo (hacen otras cosas conocidas como Stella Artois o Hoegaarden, por ejemplo).
Una cerveza de abadía y una trapense no son lo mismo: las de abadía se hacen al estilo de las trapenses, pero pertenecen a compañías con ánimo de lucro y la producción está en manos de la compañía. En el caso de las trapenses se elaboran por monjes (o con su supervisión) en el monasterio y sin ánimo de lucro: una vez cubiertos los gastos, el excedente se destina a obras de caridad y comunitarias, no va a parar a ninguna empresa. Pese a todo, no es raro que las de abadía estén asociadas a una abadía real, como en este caso: la abadía de Leffe existe (está muy cerca de Dinant, en Valonia).
El caso es que Leffe tiene algunas cervezas conocidísimas, que se pueden encontrar en casi cualquier gran superficie, como la blonde o la brune, y otras más raritas como la que hoy nos ocupa. Yo la probé por vez primera en el aeropuerto de Zaventem, y me gustó, así que he repetido. Aquí os dejo la cata, recientita:
Leffe Royale. Cerveza de abadía belga. 7,5%
Catada el 2 de junio de 2014.
- Amarillo auto abierto. Crema marfil consistente y duradera.
- Intensidad aromática elevada: balsámico (enebro, menta), metal, bollería.
- Potente, muy punzante, con amargor pronunciado y persistencia larga. Recuerda a la Leffe Radieuse.
Actualización a 15 de agosto de 2018: andando el tiempo, Leffe ha sacado numerosas Royales en las que lo que cambia es únicamente el lúpulo empleado (hemos catado varias por Bebercio). Para evitar confusiones, a la Royale original (esta), que en principio se llamaba solo así, le han colocado el apellido de su lúpulo, una variedad oriunda de Poperinge, tierra belga célebre por sus lúpulos. ¿Y que lúpulos le dan ahora apellido? Los Whitbread Golding. Por tanto, esta cerveza no se llama ya solo Royale a secas, sino Royale Whitbread Golding. Sigue llevando la etiqueta negra y oro, y aquí os dejo una segunda cata, llevada a cabo en la mismísima Maison Leffe:
Leffe Royale Whitbread Golding. Cerveza de abadía belga. 7,5%
Catada el 5 de agosto de 2018 en la Maison Leffe.- Dorado intenso, brillante y limpio, con crema nívea muy duradera y suave.
- Intensidad aromática elevada: café, miel, menta, humo. Muy diversa y aromática.
- Carbónico medio. Mucho cuerpo. Redonda, con paso lento. Final no muy amargoso pero sí muy largo. Rica.
Esta segunda cata es de grifo, al contrario que la anterior (la botella está cerrada, aparece para completar la imagen, que está tomada en el pub aledaño al museo Leffe, como os decía).
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