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viernes, 4 de julio de 2014

La Trappe Jubilaris

Hace algún tiempo os hablé de la Abadía de Nuestra Señora en Koningshoeven, Países Bajos; la que fue durante bastante tiempo única abadía trapense fuera de Bélgica (ahora hay cuatro fuera de dicho país).

Aquí me tenéis, frente a la entrada a la abadía.


Pues bien, hoy os vuelvo a hablar de dicha abadía porque vamos a catar otra de sus cervezas, una bastante difícil de encontrar: La Trappe Jubilaris, elaborada para celebrar el vigésimo quinto aniversario de Dom Bernardus, el abad de Koningshoeven, que tomó los votos el 29 de agosto de 1988.

Vamos a comparar dos catas de esta cerveza. La primera es de barril, tomada en la mismísima abadía; la segunda es de botella de 75 cl. Como de costumbre, de la comparación entre ambas sacaremos una idea más certera de cómo es en realidad esta cerveza.

Probando in situ la Jubilaris de barril.

La misma cerveza en botella de 3/4.


Bueno, vamos con las catas:

La Trappe Jubilaris. Ale trapense neerlandesa. 6%

Catada el 8 de mayo de 2014 (1ª cata, de barril):
  • Ámbar rojizo muy oscuro. Crema beige efímera.
  • Intensidad aromática media-alta: caramelo, butterscotch, chocolate.
  • Suave, con escaso carbónico. Paso raudo. Redonda, con curiosas notas de champiñón.
Catada el 3 de julio de 2014 (2ª cata, botella de 75 cl):
  • Ámbar rojizo abierto con crema hueso abundante pero efímera.
  • Intensidad aromática media: butterscotch, galleta, naranja, licor.
  • Suave, cremosa, con escaso carbónico. Buen balance entre dulzor, frescor y metal. Final muy largo sin amargor y con notas de harina y malta.
Es curioso -os recuerdo que las segundas catas las hago sin consultar las primeras- lo mucho que coinciden ambas. Así pues, se trata de una cerveza de color ámbar rojizo, con crema oscura que desaparece pronto; con una intensidad aromática ni muy alta ni muy baja en la que predomina una nota de butterscotch (acordaos, el caramelo de los sundaes, ese que es como sirope color beige) con otras notas golosas (galleta, caramelo, chocolate). En boca es suave, sin apenas gas carbónico (algo que la hace muy peculiar).

Seguiremos probando cervezas de esta interesantísima abadía, tiempo al tiempo.

Hasta la próxima, muchas gracias a todos.

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