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jueves, 17 de julio de 2014

Le Cocó

Hola, colegas,

En la primera entrada de todas, hace ya tres meses, os prometí que no hablaría solamente de bebercio (aunque sí fundamentalmente) sino también de comercio, es decir, del buen yantar. Hoy vamos a empezar a cumplir esa promesa, y lo vamos a hacer con un restaurante que apenas tiene unos meses de vida, Le Cocó, en la calle Barbieri, en el popular barrio de Chueca de Madrid.

Ya os aviso de que, en general, cuando meta una reseña de un restaurante va a ser de uno que me haya gustado mucho, así que no os sorprendáis por las alabanzas. No significa que me paguen comisión, y es verdad que en lo de beber he metido alguna historia que no me había convencido, pero de bebercio hablo a diario y de comercio no, por lo que prefiero contar lo que me gusta. Os he avisado, así que preparaos porque todos los platos que vienen a continuación son buenos.

Actualización a 18 de octubre de 2019: y para demostrar que las alabanzas eran honestas y que el blog se actualiza, viene esta nota. Este verano volví a pasar por Le Cocó, y el tiempo ha hecho mella. El chef ha cambiado y supongo que también la gerencia, se han dormido en los laureles y no tiene nada que ver con lo que esta entrada refleja, que es el restaurante en 2014. Al final de la entrada os incluyo alguna muestra de cómo es cinco años después. Una pena.

Actualización a 7 de diciembre de 2022: Le Cocó ya no existe (aunque el grupo empresarial responsable de este y otros restaurantes lleva el mismo nombre). En su lugar han abierto hace un par de meses otro restaurante llamado La Cerda.


Como podéis ver en la foto, ambiente desenfadado, con sillas dispares, unas de metal y otras de madera, y mesas también dispares: tradicionales, mesas altas en las que compartir con otros comensales, barra... Muchas plantas en sus tiestos, repartidas por las ventanas y encima de las mesas.

Buena selección de vinos, aunque la de cervezas se queda un poco corta con solo tres referencias (Heineken, Sol, Paulaner). El servicio, joven, es muy cordial y atento. Otro detalle bueno: aceptan perros bien  educados, ya sabéis que yo voy a todas partes con mi can.

Mirad qué majo, los de la mesa de mi lado ni se enteraron de que estaba hasta que nos fuimos.


A todas las mesas les traen un cubo gigante de mantequilla, algo muy francés, junto a bollitos de pan caliente. A partir de ahí el chef, Juan Rioja, despliega sus habilidades. Vamos a ver de qué forma:

Gazpacho de remolacha: alucinante, de los platos que más me han gustado en lo que llevamos de 2014. Muy cremoso y con el aroma de la remolacha perfectamente preservado. Ahora, en plena canícula, es una gozada. Aunque solo vayáis a la barra a tomaros este plato, ya habrá merecido la pena la experiencia.

Croquetas de idiazábal y de carabinero: Juan es un maestro en la confección de croquetas, en una ciudad que tiene grandes elaboradores de este exquisito manjar (Casa Julio, Casa Labra, La Ardosa, etc.). He llegado a probar sus croquetas de sobras, formidables, pero en la carta no están. Ooooh...
 

Tempura de trigueros con romesco: la materia prima es la clave en esta elaboración, claro. Los espárragos son de primera, no se deshilachan y huelen de lejos. La salsa es otro punto fuerte, y os lo dice uno que no es amigo de salsas pero que, con todo, se la terminó.
 

Falso sashimi de atún: ¡la pera limonera! Me quedé loco cuando lo olí. Estaba convencido de que era atún, tanto de aspecto cuanto de consistencia, pero al olerlo me di cuenta: ¡es sandía! Envasada al vacío con salsa de soja durante media hora para que se marine, y acompañada de sal de carabinero. Todo un contraste entre lo que ven tus ojos y lo que encuentra tu paladar.
 

Dúo de tartar: atún rojo y buey con piparras. Al atún le dejan hablar por sí mismo, es la calidad del pescado la que determina; el buey va acompañado por piparras en lugar de las clásicas alcaparras y pepinillos, lo que le da un frescor picante muy agradable.
 

Y, de postre, una crema de piña natural con sorbete de mandarina. Muy refrescante (le añaden hierbabuena, un acierto a mi juicio), un buen cierre.
 


Le Cocó
Jefe de cocina: Juan Rioja
Barbieri 15, 28004, Madrid
+34 915 219 955
http://lecocomadrid.com/restaurante/
Precio medio: 30 €



Actualización a 18 de octubre de 2019: como os decía más arriba, la maravilla discreta que puso en marcha Juan Rioja ha desaparecido. Desde que se fue, el restaurante se mantiene en la misma ubicación y la decoración es idéntica, pero la cocina ha empeorado drásticamente (en variedad y, lo que es peor, en calidad). Ninguno de los platos comentados arriba se mantiene en el menú, y lo que hay es de esta índole:


La peor ensaladilla que he probado nunca. Patata cruda, mayonesa helada, esos picos de descuento y ese atún pasado, emplatados como veis. Me limito a deciros que devolví el plato, no era comestible. Encima, pidieron explicaciones (vaya si las tuvieron) y ni siquiera nos invitaron, simplemente no nos cobraron este horror.


En su lugar, este hummus vulgar y corriente. El pan de pita comprado en el súper, y la presentación tétrica. Sí era comestible, pero igual que el que podéis comprar en Mercadona o Carrefour. Y más caro.


Conclusión: el tiempo no pasa en balde, por eso es positivo que cada entrada del blog venga con su fecha de publicación. Procuro aclarar, ya en notas, ya en comentarios, aquellos restaurantes que han cerrado, cambiado de manos o ganado y perdido estrellas, pero no siempre será posible (a estas alturas ya hay noventa restaurantes en Bebercio (y contando), este fue el primero). Usad estas entradas como guía, pero sabiendo que no son las Tablas de la Ley.



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