La casa de Arenberg es un linaje aristocrático que pervive desde la Edad Media hasta nuestros días, y que poseía un castillo y numerosas tierras en Heverlee. El castillo alberga hoy la Escuela de Ingeniería de la Universidad Católica de Lovaina, y las tierras han recibido diferentes usos: por ejemplo, albergar este restaurante que, con su nombre, rinde homenaje al antiguo señor de la zona.
El restaurante Arenberg está regentado por el matrimonio Demeestere: Lieven, el jefe de cocina (miembro de los Discípulos de Escoffier y de los 33 Maestros Cocineros de Bélgica), e Iris, jefa de sala y sumiller. Entre los dos han conseguido una estrella Michelin para el restaurante.
Entrada principal.
Terraza de verano, en la parte posterior.
Todavía no era funcional en mayo (en Bélgica llueve casi todo el año).
Fuimos a comer este año mi padre y yo, y nos gustó mucho. Iris es encantadora y nos atendió personalmente, explicándonos cada detalle. La cocina es clásica con toques creativos, fundamentalmente de inspiración francesa pero con producto local de temporada (cuando fuimos, por ejemplo, era la temporada del espárrago, del que los belgas están especialmente orgullosos).
Los salones son espaciosos, de colores grises, con la única decoración de los cuadros de las paredes. Para que os hagáis una idea:
De aperitivo, Krupuk de zanahoria, tomatito con pesto, croqueta de queso azul. Krupuk es la palabra indonesia para denominar eso que por aquí llamamos "pan de gambas". La zanahoria no solo daba ese toque naranja que podéis apreciar, también aroma y sabor.
Carne mechada con encurtidos, hígado de buey con anchoa y crema de ostras: el segundo de los aperitivos. La carne y los encurtidos están en el bote de cristal, el hígado y la anchoa en el vasito negro. La combinación de hígado, anchoa y crema de ostras era todo un acierto, pese a ser tres elementos tan fuertes cada uno de ellos. Supongo que un plato entero sería demasiado, pero tratándose de un bocadito quedaba fenomenal.
Espárragos de Malinas con cecina, mantequilla, huevo y perejil: una preparación sencilla, dejando que hable el producto. Ya os había mencionado lo orgullosos que están los belgas de sus espárragos. Estos vienen de Malinas (Mechelen), la ciudad flamenca en la que pasó su infancia el emperador Carlos I de España y V de Alemania antes de ser llamado a Toledo. Es una ciudad poco visitada por los turistas pero muy recomendable.
Pularda rellena de setas acompañada de colmenilla y verduritas: podéis ver una colmenilla, una seta la mar de rica, bajo la zanahoria baby, entre guisantes, patatitas y chalota. Hay otra en el otro lado, entre la pularda y el cous-cous.
Fresas Romanov: de abajo arriba tenemos helado de vainilla con Grand Marnier, fresas cortadas con azúcar, nata montada. Os podéis imaginar lo ricas que estaban pensando que, en lo que yo tardaba en hacer la foto, mi señor padre, protagonista de la misma, ya se las había terminado. Y tiene cara de que le han gustado.
Y para el final, el broche de oro: el mejor carro de dulces que he visto en mi vida.
25 tipos diferentes de dulces, todos ellos maravillosos: baba au rhum en miniatura, cuberdons de violeta de Gante (que yo no conocía y me encantaron), bombones elaborados por los estudiantes de la Escuela de Repostería de Lovaina, crema catalana en miniatura, cítricos escarchados, petits fours, etc. Una maravilla.
Además, el café es francamente bueno.
Arenberg
Jefe de cocina: Lieven Demeestere
Kapeldreef 46, 3001, Heverlee
http://eng.restaurantarenberg.be/
Menú ejecutivo: 45 € (sin maridaje) / 59 € (con maridaje)
Menú Arenberg de cuatro platos: 80 € (sin maridaje) / 95 € (con maridaje y agua)
¡Qué pasada! En plan modesto, ayer tomé unas tortillitas de camarones muy buenas en la plaza del mercado.
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