Los monjes de Chimay se encuentran en la abadía de Scourmont, cercana al pueblo que da nombre a la cerveza. Es una abadía muy grande y está abierta al público.
La puerta principal de la abadía de Scourmont. Ahí me tenéis, junto al hermano portero.
El claustro de la abadía. Se nota que llueve mucho por allí, ¿verdad?
Os contaré más cosas de la abadía y del albergue cercano en futuras entradas de cerveza Chimay (nos quedan la blanca y la azul, y de esta última -que es una maravilla- se pueden hacer varias entradas porque es una de las escasas cervezas con añada). De momento os dejo las catas de la roja; tengo dos, así que podemos comparar:
Chimay rouge. Cerveza trapense belga doble. 7%
Catada el 21 de febrero de 2013 (1ª cata):
- Parda rojiza. Abundante crema color marfil. Burbuja fina pero visible.
- Plátano frito, caramelo líquido, chocolate.
- Amplia, potente, con mucho cuerpo. Punzante, con paso marcado. Redonda, bien integrada. Persistencia media.
- Ámbar parduzco. Turbia.
- Intensidad aromática media: cereza, plátano, caramelo.
- Suave, dulzona, fresca. Sin amargor evidente. Persistencia media.
Es una buena cerveza para introducirse en el mundo de las trapenses, porque no resulta complicada y está muy rica. Además, es fácil de conseguir.
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