Aquí me veis haciendo el ganso a la entrada de la abadía.
Era irresistible.
Ya sabéis que clasifico las cervezas trapenses en un grupo aparte del resto por pura voluntad, no porque técnicamente hayan de estar en otro apartado; la de hoy, sin ir más lejos, es una ale pura y dura. A decir verdad, la mayoría son ales, aunque dentro de La Trappe, por ejemplo, haya una bock, que pertenece al grupo de cervezas de baja fermentación, es decir, una lager.
El estilo triple se debe a los monjes de Westmalle, no muy lejos de Koningshoeven, pero ya al otro lado de la frontera, en Bélgica. Estos señores se inventaron el estilo "dubbel" y el estilo "tripel" para definir, respectivamente, una cerveza oscura, dulzona y potente, por un lado, y una cerveza rubia, no tan dulzona y más potente todavía, por el otro. La clasificación tuvo tanto éxito que las demás abadías trapenses e, incluso, los elaboradores comerciales de cervezas de abadía les copiaron.
Como buena cerveza trapense, no es apenas amarga y sí muy potente. Eso, organolépticamente; en otros ámbitos sabemos que, para ser admitida como producto trapense, debe elaborarse dentro del monasterio, con la supervisión de los monjes, y los beneficios (una vez cubiertos los gastos de producción) han de destinarse a obras de caridad en la comunidad. Obviamente la cerveza que hoy catamos cumple todos los requisitos. Vamos a probarla.
[Actualización a 4 de mayo de 2020: la he vuelto a catar, así comparamos; recordad que las catas son independientes. Y sí, al leer ambas me he dado cuenta de que son parecidísimas, tanto que hasta me han dado ganas de modificar las cosas un poco, pero no: si la birra es muy constante, pues lo es; y si mis habilidades catadoras parecen serlo también, alegrémonos. Albricias].
La Trappe tripel. Cerveza trapense neerlandesa triple. 8%.
Catada el 22 de julio de 2014 (1ª cata):
- Dorado ambarino turbio con irisaciones verdosas. Crema marfil muy abundante, consistente y duradera.
- Intensidad aromática muy alta: notas de plátano, bollería fina, flores blancas, regaliz, yogur griego, cilantro.
- Potente, dulzona, fresca, con una nota umami en el paso por boca. Amargor contenido y bien desarrollado. Persistencia muy elevada. Una cerveza muy elegante.
- Dorado turbio con irisaciones verdosas y crema blanquecina abundante, duradera y consistente.
- Intensidad aromática media-alta: de entrada, una nota curiosa de plátano, que uno asocia más con las weissbieren. Luego vienen otras más típicas de las ales belgas: cardamomo, balsámico... También una punta de miel.
- Pese a ser una triple, el ataque es algo dulzón. Paso muy amplio, estructurado y con buena acidez. Final menos amargo de lo que este estilo (que tampoco es especialmente amargo, la verdad) acostumbra a ofrecer. Larga, rica.
Fijaos en qué consistente es la crema.
Una cerveza genial.
Trappe triple, fácil de recordar. La buscaré por mis comercios habituales
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