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martes, 9 de septiembre de 2014

Horta da Palha 2006

Continuamos con el paseo por Évora de la mano de los vinos que compré en la primera visita que hice, junto a mi primo Jaime, a esta maravillosa ciudad, capital del Alentejo y con más de dos milenios de historia (se dice pronto). Al ladito de la Pousada dos Loios en la que nos alojamos se encuentra un monumento que da fe de la antigüedad de la villa: el templo romano, llamado de Diana (aunque nunca estuvo dedicado a esta diosa). Data del siglo primero de nuestra era.

Aquí tenéis el templo a contraluz. 
El edifició que se ve detrás es la Pousada.


A dos pasos del templo está la catedral, que se puede visitar entera, incluso subir a los tejados. Eso sí, las medidas de seguridad en las zonas elevadas se limitan a un cartel que dice "peligro": si vas y te caes es culpa tuya, ellos te han avisado. Ni barandillas, ni cordones, nada. Es algo que me ha pasado más de una vez en Portugal (en los castillos de Sintra y de Guimarães, por ejemplo; muy especialmente en la ciudad amurallada de Óbidos, donde matarse es relativamente sencillo si no se presta atención).

Panorámica de Évora desde el tejado de la catedral. Atención al cartelito de peligro.
El templo romano se ve muy bien en el centro; a su izquierda, si ampliáis, se ve el acueducto alejándose.


Évora está llena de otros lugares que merecen la visita además del templo romano y la catedral, pero tampoco quiero extenderme demasiado en esta entrada, que todavía no hemos hablado del vino. Ayer os dije que existe una DOC Alentejo y también un vino de la tierra o vinho regional alentejano. Dado que ya catamos uno de la DOC, hoy vamos con uno regional. La uva es 100% touriga nacional, la emblemática portuguesa, y tiene una crianza de seis meses en barricas de roble francés.
Horta da Palha 2006
Fundação Abreu Callado
VR Alentejano
14,5%
Catado el 7 de abril de 2010.
  • Rubí cubierto con ribete algo violáceo.
  • Fruta negra muy carnosa (mora, grosella negra), cacao, balsámicos (menta, resina), mineral (grafito), monte bajo, ahumados...
  • Sedoso, no muy corpulento, con taninos firmes pero nada agresivos. Persistencia media, con recuerdos balsámicos y una nota de oliva negra.
Por aquel entonces me limitaba a escribir la cata y no hacía fotos, por eso ahora las tengo que sacar de Internet, qué le vamos a hacer. Eso sí, todas las de la ciudad son mías.
Este vino, además de muy rico, era muy barato (alrededor de cinco eurípides, si mal no recuerdo). Por lo que he estado viendo en la red, ha subido algo de precio, pero sigue estando por debajo de los diez. Muy recomendable.

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