A ver, un vegano es aquel que no consume ningún tipo de producto de origen animal, es decir, no toma carne ni pescado (como un vegetariano), pero tampoco huevos ni lácteos, ni miel; ni viste seda, lana, cuero o pieles; tampoco participa de forma alguna en eventos como corridas de toros, encierros, circos con animales o monterías; ni usa fármacos o cosméticos probados con animales.
Se puede ser vegano por motivos éticos (no colaborar con el especismo ni con la explotación animal), por motivos religiosos (el jainismo y el rastafariansimo estrictos, los adventistas del séptimo día, multitud de ramas del hinduismo y muchas otras religiones) o por motivos ambientales (ecologismo personal, evitar la sobreexplotación de caladeros y la contaminación derivada de las granjas animales, sostenibilidad).
Ahora que ya sabemos, a grandes rasgos, en qué consiste el veganismo, vamos a ver si los ingredientes de la cerveza entran en conflicto con él: la malta de cebada no, que es un cereal; la levadura no, que pertenece al reino de los hongos; el lúpulo tampoco, pues es una flor, y solo nos queda el agua, que tampoco entra en conflicto, claro. ¿Entonces? Es cierto que hay algunos estilos de cerveza que no son aptos para veganos; así, a bote pronto, se me ocurren estos:
- Oyster Stout: una stout que lleva salmuera de ostras. La cantidad de ostra real es ínfima, pero si se es vegano estricto ya no vale. Hay algunas que no llevan nada y solo se llaman así porque responden al estilo que clásicamente se ha maridado con ostras.
- Milk Stout: otra stout, en este caso con lactosa, que la hace especialmente cremosa. No es válida para veganos ni para intolerantes a la lactosa, que son unos cuantos.
- Honey Porter: una porter con miel. Un vegetariano tradicional sí la podría tomar, pero un vegano no, porque la miel la fabrican las abejas y es, por tanto, de origen animal.
En la página web de Veer aclaran que hay empresas de cerveza que usan gelatinas de origen animal para clarificar sus birras; vale, está bien que aclaren este detalle, porque casi nunca aparece en la etiqueta de las cervezas. Aquí va a estar el quid de la cuestión. Las grandes cerveceras suelen emplear tierra de diatomeas o filtros celulósicos (todo ello apto para veganos), y el clarificante más empleado por las micro-cerveceras seguramente sea el carrágeno, derivado de algas. Sin embargo, dado que casi nunca se especifica, es verdad que un vegano no tiene la seguridad de cuál ha sido el método escogido, por lo que le pueden asaltar dudas al beber una birra. En ese aspecto me alegra que esta gente sí aclare que su cerveza es vegana.
En algunos países, como el Reino Unido, es frecuente encontrar en las etiquetas de cualesquiera productos un sellito que indica si son aptos para veganos, igual que en España se va imponiendo cada vez más el que indica si un producto es apto para celíacos. Supongo que será cuestión de tiempo que toda esa información esté en cada producto que podamos adquirir, saliendo así de dudas. Hasta entonces, no está mal que haya pioneros para ir abriendo camino, como la gente de Veer.
Bien, pues vamos a catar esta cerveza vegana. Hay dos catas y así podemos compararlas, como a mí me gusta.
Pale Pan. Cerveza segoviana estilo pale ale. 5,5%
Catada el 24 de enero de 2014 (1ª cata):
- Ámbar anaranjado muy turbio. Crema marfil.
- Predominio de aromas secundarios: panadería, miga. También flores blancas y diente de león.
- Sabrosa, fresca, estructurada, con cuerpo. Final amargoso agradable, de persistencia media.
- Ámbar anaranjado turbio. Crema efímera color hueso.
- Bizcocho, pan, azahar, mango, cera virgen.
- Fresca, punzante. Paso marcado con notas umami. Final largo, ligeramente amargoso.
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