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jueves, 2 de octubre de 2014

La Broche

Antes de empezar, quiero aclarar que esta entrada hace referencia al restaurante La Broche de Dinant, en Bélgica; por lo visto "La Broche" es un nombre habitual para un restaurante y hay en varias ciudades. Yo llegué a conocer el de Madrid, sito en el hotel Miguel Ángel, hoy ya cerrado.

Bien, estamos ya situados en Dinant, pues, que es una pequeña población valona, en la provincia de Namur, población que discurre paralela a las orillas del río Mosa. Tal vez lo más famoso que tiene sea la ciudadela, enclavada en lo alto de la montaña y a la que se puede acceder por un teleférico; también Nuestra Señora de Dinant (conocida simplemente como "La Colegiata"), gótica, del s. XIII.

Aquí tenéis, en una sola foto, lo más granado de Dinant: arriba, la ciudadela; abajo, el río Mosa; entre ambos, Nuestra Señora de Dinant y algunas casas señoriales. 
Está mal que lo diga yo, pero la foto quedó muy maja.


En esta pequeña ciudad hay algunos restaurantes muy majetes. Uno de ellos es La Broche, distinguido con la mención Bib Gourmand de la Guía Michelin, y con una relación calidad-precio interesantísima (incluso para cenas).

Esta es la fachada, en la planta baja de una casa muy elegante y clásica.


El interior, como podéis comprobar, es mucho más moderno que la fachada, aunque igualmente elegante.


Para empezar, una selección de aperitivos: crema de guisantes con queso fresco, créme brûlé de foie-gras, gazpacho de melón con emulsión de chorizo; todo ello acompañado por una formidable Orval en su copa de rigor. Una idea chocante la de empezar con entrantes dulces, que tendrá su contrapartida, como veréis, en los postres.


Crema de lechuga con panceta y caracoles: un plato muy sorprendente y riquísimo. Los caracoles son una especialidad de la zona. Este plato no venía solo, sino acompañado por...


... su croqueta de caracol con crema de ajo. Un solo caracol, obviamente fuera de su cáscara, bien lavado y cocido, en el interior de la croqueta. Unido a la sopa resultaba una mezcla llamativa, y es un plato que gustaría incluso a los que no aprecien demasiado los caracoles (porque son solo una parte pequeña del plato, tanto en la sopa cuanto en la croqueta).


Espárragos, oeuf poché, jamón ahumado de Parma, crema de champiñón: los belgas se privan por los espárragos y, en temporada, los elaboran de una y mil formas. Este es un buen ejemplo: con huevo y jamón en una crema de champiñones.


Bacalao fresco con alcachofas y salsa de vino blanco: las tiras de piel del bacalao las habían separado y frito hasta obtener una textura de chips
No sé si os habéis fijado, pero todo este menú es complicado a la hora de maridar con vino (ajo, espárragos, alcachofas); no obstante, con la Orval va de cine. Si quisierais vino a toda costa, mi recomendación sería un riesling de cierta edad.


Pierna de cordero con salsa de tomillo: ¡toma ya! Para que nadie diga que se queda con hambre. Después de los entrantes y el primer plato, y antes de los postres, te sacuden esta pierna, sobre una base de patata, con salsa y acompañada de ensalada en juliana. ¡Jaaarl! Muy rica, pero va a sobrar.


Bavarois de fresa, natilla semisólida de ruibarbo, coulis de fresa: bavarois (crema bávara) es un postre frío parecido a las natillas pero espesado con gelatina (en este caso una gelatina de fresa). El coulis es un jugo concentrado.


Crujiente de queso de cabra, ensalada, mermelada de fresa: a esto me refería cuando os mencionaba que los entrantes dulces tendrían su contrapartida en los postres. Si empezábamos con una crema catalana y un gazpacho de melón, ahora terminamos con unos contundentes rollitos de queso de cabra... ¡acompañados de ensalada, aliñada y todo! Puede parecer rarísimo eso de empezar con dulce y acabar con salado, pero es francamente agradable. Además, me alegra que se corran riesgos en los restaurantes; si no, acabaríamos todos haciendo y comiendo lo mismo.


Café, mignardises: varias veces os he hablado de la importancia que le doy al café en un almuerzo o cena, y cómo a veces se descuida este aspecto. Afortunadamente, en Bélgica aprecian mucho esta bebida y es raro que se despisten, suele ser (como en este caso) de categoría.



La Broche
Jefe de cocina: Eric Fieuw
Rue Grande 22, 5500, Dinant
+32 82 22 82 81
http://www.labroche.be/index.php/en/
Menu de saison: 30 €
Menu Gourmandise: 43 € 

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