La entrada principal. El que está en la puertecita, allí lejos, es vuestro servidor. Estuvimos por allá mi padre y yo el pasado mayo.
La parte de atrás, que da acceso a la brasserie. Acceso restringido, por supuesto.
La Rochefort 10 es la más potente de cuantas elaboran en la abadía y, como os he mencionado más arriba, de cuantas elaboran los monjes trapenses de este y cualquier otro monasterio. Tiene la friolera de ¡11,3%!, es decir, un pelotazo. Se trata de una cerveza cuádruple: muy oscura, muy alcohólica, algo dulzona y sin apenas amargor. Formidable como cerveza de postre o acompañando un buen café solo.
Esta es una de las mejores cervezas del mundo. Sabéis que soy un enamorado de las trapenses, por lo que tenemos no una ni dos, sino tres catas de nuestra buena amiga, para poder comparar bien. Manos a la obra:
Rochefort 10. Cerveza trapense cuádruple belga. 11,3%
Catada el 6 de abril de 2013 (1ª cata):
- Ámbar muy oscuro y muy cubierto, con crema color hueso muy abundante. Burbuja muy fina.
- Intensidad aromática muy elevada: plátano, caramelo, hierba...
- Potente, punzante, licorosa. Amplia, con buen paso por boca, bien marcado. Final largo muy redondo, equilibrado entre los distintos sabores. Muy grande.
- Pardo-rojiza brillante y turbia, con abundante crema color hueso y capa cerrada.
- Muy aromática: cáscara de cítrico, levadura, plátano maduro, café negro.
- Potentísima, bien estructurada, con gran frescor (que contrarresta el alcohol) y un ligero toque dulzón. Muy persistente. Una pasada, qué rica.
- Marrón chocolate oscuro, muy turbio y cubierto.
- Intensidad aromática muy alta: bollería, miel, caramelo, harina, panetone, pruna... Muy compleja.
- Muy potente y, pese a todo, fresca. Sin amargor, pero muy larga. Riquísima.
Los detalles subjetivos que habéis leído al final de cada cata estaban escritos en sus correspondientes fechas, y he querido respetarlos para que os hagáis una idea de lo mucho que me gusta. Pero os aviso: hay que tener cuidado con ella, pega fuerte. Bebed despacio, con algo en el estómago, oliéndola, degustándola y (esto es importante) tened precaución al levantaros del asiento, que podéis dar un traspiés. Con esto en mente, estáis ante una de las muy grandes. Disfrutad.
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