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martes, 2 de junio de 2015

Le jardin de Fiorine

El año pasado os hablé de un restaurante belga, La Broche, que está en Dinant y que tiene el reconocimiento Bib Gourmand por parte de la guía Michelin. Pues bien, dicha guía le da un reconocimiento semejante solo a otro restaurante en la misma ciudad, y es del que vamos a hablar hoy: Le jardin de Fiorine. Cocina belga con producto de temporada en un edificio de finales del s. XIX.


El acceso al restaurante desde la calle, y las primeras mesas.


Actualización a 14 de agosto de 2020: el mes pasado hemos vuelto por allí, así que puedo añadiros el menú que han elaborado para este verano, para que veáis más platos y distintos ambientes. Uno de ellos, tal vez el más importante, es el que da nombre al restaurante: el jardín. Sito en la parte posterior, de cara al río, es un rincón muy agradable, y con capacidad para tantas mesas como dentro.

La mayoría de mesas se ubican al fondo, aunque hay algunas más reservadas junto a la sala o, como veis, en pleno césped. A la derecha está el río, con yatecito amarrado incluido.


Para empezar, unos aperitivos variados. De izquierda a derecha tenemos embutido de pato, bocadito de mousse de trucha ahumada y buñuelo con mostaza a la antigua.


Estos son los aperitivos variados de la segunda visita: sorbete de frambuesa con ensalada de pepino, croqueta de carabinero, terrina de bacalao.


Un plato belga donde los haya: espárragos a la flamenca. con jamón ganda y huevo duro picado con mantequilla y perejil. Aquí se acompaña, además, con una original croqueta también de espárrago.


El entrante de la segunda visita, cuya foto me ha quedado un tanto azulada, es un méli-mélo de tomate, gamba a la plancha y vinagreta de miel. Muy refrescante en verano.



Lomo de bacalao con espárragos verdes, tapenade, parmesano y salsa bearnesa: los que seguís el blog ya sabéis que a los belgas les encantan los espárragos. En el plato anterior eran blancos; aquí en verde, acompañando un lomo de bacalao fresco. Tapenade es una pasta provenzal a base de olivas, alcaparras y anchoas (riquísima).


Lenguadillos pelados, brotes tiernos, mantequilla: no hablamos aquí de lenguadinas, que son otra especie, sino de lenguados jóvenes, cuando aún no han perdido la bilateralidad. Nunca los había probado, y no sé bien qué pensar, porque no dejan de ser pezqueñines.
 

Filete de dorada, quinoa, pimienta dulce: otro plato de pescado correspondiente a la segunda visita. Me disculpo de nuevo por lo azul de la foto: se hacía de noche y estábamos en el jardín...



Suprema de pintada con miel de flores, sésamo y verduritas: la pintada común (Numida meleagris) es muy apreciada en Bélgica. En Europa, fuera de este país, no es muy común encontrarla (los ingleses la toman en Navidad, como en España se suele hacer con la pularda, que rara vez se come el resto del año).


Pierna de cordero con pimienta y tomillo: una elaboración sencilla, dejando que sea el producto (de primera calidad) el que hable.



Surtido de quesos belgas: cinco quesos distintos, bastante conocidos dentro de las fronteras del país; cuatro de ellos valones y uno flamenco; uno de ellos de cabra y el resto de vaca. Acompañados de sirope de Lieja y helado de tomillo. 
Empezando por la izquierda tenemos queso de cabra con miel, Carré de Liège (cremoso y suave); Herve (de corteza lavada); Sommière (de textura gomosa que obliga a masticar mucho) y Pas de Bleu (el único flamenco, un queso azul bastante suave).


Este es el plato de quesos locales de la segunda visita, con su ensalada, sirope de Lieja y frutas deshidratadas. Casi todos distintos de aquellos de hace un lustro (se repite el de cabra con miel), y este año más locales (provincias de Namur y Lieja) y menos conocidos.
De derecha a izquierda, en sentido antihorario: Malmedy, de leche cruda de vaca, Bailli, con la misma materia prima; Troufleur, que empieza igual que los anteriores pero se lava con cerveza de Bellevaux durante dos meses (es el que más me gustó de los cinco). A continuación queso de cabra con miel y, para terminar, el único azul que es, también, el único del que no he encontrado información: Bleu d'Anoy.


Parfait de fresa y violeta con ruibarbo y tartare de fresas: un postre muy fragante y muy refrescante, para los que prefieran terminar con fruta en lugar de con queso. Otra opción es...



 ...ensalada de frutos rojos, verbena alimonada y sorbete de grosella roja, si vais cinco años después. Postre tan refrescante como desenfocada la foto. En fin, muchas copas de vino al llegar al postre...


Petits fours: para finalizar con un bocado dulce. Crème brûlée, bizcochos de chocolate, rocas de almendra y macarons. Todo tan rico como calórico, aunque un día es un día, ¿no?




Le jardin de Fiorine
Jefe de cocina: Jean-Luc Henroteaux
Georges Cousot 3, 5500, Dinant
+32 82 22 74 74
http://www.jardindefiorine.be/
Menú "Invitation à la gourmandise" (una entrada, un principal y un postre): 32 € / 52 € (con maridaje de vinos). Cinco años después, el mismo menú: 38 € / 58 € (no ha subido demasiado, como veis).

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