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viernes, 3 de julio de 2015

't Zilte

El restaurante de moda en Amberes.

Gastronomía urbana (que, por lo que he podido colegir, viene a significar cocina creativa que ofrece menús ejecutivos a mediodía y cenas caras por la noche) en lo más alto de la nueva joya de la ciudad: el MAS (Museum aan de Stroom, "museo en el río"), un impresionante edificio de 60 metros a orillas del Escalda (el río al que hace referencia el nombre del museo).

La fachada es de arenisca roja de la India y paneles curvos de cristal. 
Se ve claramente que está pegadito al río.


Las vistas desde el restaurante son alucinantes, y ciertamente suponen un aliciente más para acercarse a comer o cenar en él. Os dejo un ejemplo:

Si le sumamos que los ventanales son amplísimos y llegan desde el suelo hasta el techo, tenemos unas vistas que quitan el hipo. Por cierto, el barco-faro que se ve amarrado en la parte baja de la foto forma parte de la colección del museo y se llama West Hinder III.


El restaurante, aunque sito en el edificio del museo, tiene sus propios horarios. Por poneros un ejemplo, mi padre y yo fuimos a comer un lunes, día en que el museo está cerrado por completo. El personal de guardia te deja pasar si tienes reserva, y una recepcionista del propio restaurante cumple su turno junto a los ascensores: verifica la reserva y acompaña en el ascensor hasta el piso superior. Así que acordaos de reservar porque, si no, me parece que pueden no dejaros ni entrar al ascensor.

't Zilte cuenta con dos estrellas Michelin y, detalle simpático, incluye zapatillas deportivas en el uniforme de los camareros. Los techos son altos, el color predominante es el blanco (con toques de gris y rojo) y las mesas son amplísimas, tanto que una mesa que normalmente se destinaría a cuatro comensales aquí se destina a dos (supongo que estarían destinadas a cuatro pero optaron por comodidad frente a cantidad).

Una parte de la sala, con la barra en primer término. A continuación hay un pequeño reservado y, al fondo, se ve uno de los grandes ventanales (en la última foto de esta entrada los veréis mejor).


Vamos ya con lo que comimos (fuimos a menú de mediodía, es decir, la opción más sencilla):

La presentación está muy cuidada desde el primero de los aperitivos, en este caso Tuna Snacks ("aperitivos de atún" en inglés): una mini-tosta con tataki, huevas y flores comestibles, un consomé con reducción de atún y un montadito de hojaldre con ventresca. Pequeños bocados para ir abriendo el apetito.


El segundo de los aperitivos del menú consistía en una combinación de zanahoria, espino cerval de mar (Hippophae rhamnoides), navajas y vainilla. Muy poquito de cada cosa y todo muy rico. Me lo acabé directamente del cuenco, aunque no quedase especialmente finolis: eso os dará una idea de cuán sabroso resultaba.


Servido en un cuenco chulísimo, en el que podéis ver reflejados los ventanales de la sala, llega el tercer aperitivo: anchoa, brócoli, calamar y oliva. Te ponían unos cubiertos diminutos y específicos para cada aperitivo, y eso que de un bocado te los habías terminado. Genial.


¡Ta-chán! El carro de panes. Había de todo, como en botica. Personalmente me decanté por pan de espelta, otro de masa madre y un brioche.
 
El muy sorprendente primer plato: caballa y langosta con colinabo, flores y caviar. La foto no tiene retoque alguno, la hice con mi cámara en el momento en que trajeron el plato. Es obvio que le dan muchísima importancia a la parte visual del plato. A mí, personalmente, me recuerda a los bodegones de la fotógrafa Carmen Van den Eynde. El plato venía acompañado por...


... brandada de bacalao y alcaparrones, para rematar bien la faena. Una pasada de primer plato.


El plato principal: solomillo de ternera gallega, espárrago de Malinas, verduritas, champiñones y trufa. Me encanta que, además de buscar ternera gallega, especifiquen que lo es. ¡Y el vino de la casa que acompañaba el primero era un godello de Valdeorras! El famosísimo espárrago de Malinas que tanto gusta a los belgas acompaña, y también un precioso bosquecillo de verduritas y setas variadas. Precioso.


De postre: ya sabéis que yo siempre me decanto por el carro de quesos si se me da la oportunidad. Muy acertadamente apostaban por lo local, y la mayoría eran quesos belgas. También había una pequeña selección de grandes quesos internacionales, entre los cuales elegí un parmesano muy viejo que acompañaban con un delicioso vinagre balsámico de Módena Giuseppe Giusti Quarto Centenario.
 
Si preferís, en lugar de queso, algo más dulce, tenéis la opción de tomar piña con chocolate blanco, bergamota, limoncello y almendra. Ahí es nada.


El café, estupendamente presentado por la marca Illy, era muy correcto; aunque, sinceramente, os recomiendo que vayáis después de comer a tomarlo en Caffènation, relativamente cerca. Os puedo asegurar que no hay color. Eso sí...


...junto al café venía el carro de dulces, el paraíso de un goloso. Solo por verlo merece la pena pedir un café aquí y tomar otro después, ¿no os parece?
Por cierto, en esta foto se aprecia bien la sala al completo, con sus ventanales y sus amplias mesas.


't Zilte
Jefe de cocina: Vicky Geunes
Hanzestedenplaats 1 (último piso del MAS), 2000, Amberes
 +32 32 834 040
http://www.tzilte.be/
Menú de mediodía: 68 € / 96 € (con maridaje de vinos)
Menú gastronómico (8 platos): 170 € / 255 € (con maridaje de vinos)
 
 
[Actualización a 26 de febrero de 2021]: este año la Guía Michelin le ha dado la tercera estrella a 't Zilte. Enhorabuena, Vicky Geunes: bien merecida.

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