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viernes, 11 de septiembre de 2015

Chimay grande réserve 2014

De Chimay hemos probado casi todas las cervezas, y en orden creciente de complejidad: empezamos por la dorada al poquito de comenzar Bebercio su andadura (primera aparición de un elefantito en la foto, por cierto); seguimos con la roja unos meses después, tras haber visitado ya la abadía y el albergue; a finales del año pasado probamos la blanca. Toda esta gama de colores nos dejaba por probar únicamente la azul, la más compleja de todas y una de las cervezas con mejor reputación del mundo.

En las otras entradas os había mostrado la abadía de Scourmont, donde se elaboran las cervezas y quesos de Chimay; aquí tenéis una foto del interior del albergue de Poteaupré, donde se degustan in situ.


Algo que, quizás, os haya llamado la atención es que no la he denominado bleue en el título de la entrada, cuando a todas las demás sí que las llamé por su color en francés. Esto se debe a una distinción que hacen en la propia abadía según el formato: si la botella es de 33 cl se la conoce como bleue (no pone nada particular en la etiqueta), si es de 75 cl se la conoce como grande réserve y, en el caso de ser de 150 cl, la denominan magnum grande réserve. La cuestión es que mejora con el paso del tiempo, por lo que los formatos mayores resultan más interesantes a la hora de envejecer. Eso me lleva al siguiente punto...

...y es que estamos ante una cerveza con añada, algo todavía relativamente extraño (aunque cada vez hay más gente que se tira a la piscina). Hoy probamos la añada de 2014, catada a principios de 2015, es decir, vamos a conocerla en su momento más joven. Mi idea, de acuerdo con la progresión de complejidad que llevamos con Chimay, es ir probando añadas más antiguas, habiendo dejado pasar más tiempo antes de descorcharlas (solo la de 33 cl viene con chapa), para comprobar como evoluciona con el paso de los años.

Un último detalle que os quiero advertir: la Chimay dorada era una patersbier, cerveza de baja gradación que los monjes elaboran para su propio consumo y que, en general, no se comercializa o solo se puede degustar en la propia abadía (en Chimay decidieron empezar a comercializarla hace poquísimo). La roja se corresponde con una dubbel y la blanca con una tripel; esta progresión puede llevarnos a pensar que la azul será una quadrupel... pero no. ¿Por qué? En realidad, únicamente por falta de grado: las cuádruples acostumbran a pasar del 10%, y nuestra amiga solo tiene 9%. Pero sigue siendo magistral, así que los monjes, con muy buen criterio, la dejan como está. A quien Dios se la dé, San Pedro se la bendiga.

Chimay grande réserve 2014. Cerveza trapense belga refermentada en botella de 75 cl. 9%
Catada el 25 de enero de 2015.
  • Marrón muy oscuro y cubierto con abundante y duradera crema color hueso. 
  • Intensidad aromática alta: prunas, plátano frito, caramelo, dátiles, miel, un punto torrefacto.
  • Potente, viva, con carbónico punzante (se nota que lleva poco tiempo embotellada). Bien estructurada, amplia, con cuerpo. Algo menos dulzona en el ataque y algo más amarga en el final que la mayoría de trapenses; en ese final vuelven las notas torrefactas. Muuuuy grande.
Han venido los tres elefantitos a rendirle homenaje, no es para menos.
Si ahora os digo que la botella de 3/4 sale por unos seis pavos, ¿no os parece que podemos estar ante la mejor relación calidad-precio del mundo cervecero?


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