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sábado, 13 de febrero de 2016

St Bernardus Abt 12

Hola, colegas,

¿Os acordáis de cuando catamos la deliciosa Westvleteren 12? Por si acaso, os refresco un poco la memoria: una cerveza trapense cuádruple, elaborada por los monjes en la abadía de San Sixto, en el pueblecito epónimo de Westvleteren (Bélgica) y que solo se vende en el pub aledaño (la que llega a alguna tienda o cervecería la ha comprado alguien previamente allí y luego la ha trasladado, por eso se encarece tanto).

¿Por qué os vuelvo a contar todo esto? Pues porque las cosas no siempre han sido iguales, y los monjes sí comercializaron de forma más extensa su cerveza durante casi medio siglo. Lo hicieron bajo licencia, y era una empresa del cercano pueblo de Watou la que se encargaba de ello. Eso sí, el proceso era dirigido y supervisado por los monjes, y la receta era la original: hasta la cepa de levaduras venía de la abadía. La empresa de Watou bautizó a la planta cervecera "Brewery St Bernard". Nos vamos centrando, ¿a que sí?

La cuestión es que en 1992 expiró la licencia, y no se renovó. Así pues, a día de hoy Westvleteren produce sus propias cervezas en su propia planta dentro de su propio monasterio. Pero, ¿qué pasó con Brewery St Bernard? Pues que no ha dejado de hacer birra, aunque bajo otro nombre: St Bernardus. Como tienen la receta original y las levaduras originales, las diferencias son mínimas.

Elaboran varias cervezas; hoy vamos a probar la equivalente a la cuádruple de Westvleteren: St Bernardus Abt 12. Hasta el número coincide. Lo de "Abt" ha terminado siendo, en el mundillo cervecero, un sinónimo de cuádruple. La palabra significa "abad" en neerlandés, por si teníais dudas. Por cierto, la birra de hoy la he catado dos veces bien separadas, así podemos comparar.

St Bernardus Abt 12. Ale belga cuádruple. 10%

Catada el 31 de agosto de 2013 (1ª cata):
  • Marrón muy oscuro y cubierto, con reflejos ambarinos y crema tostada.
  • Intensidad aromática elevada: plátano, café, rúcula, chocolate.
  • Potente, densa, con carbónico picantón. Envolvente, larga, con final dulzón muy largo.
Catada el 8 de febrero de 2016 (2ª cata).
  • Marrón oscuro turbio con crema beige consistente.
  • Aromas de fruta roja, chocolate, hoja de parra, pimienta negra y hierro.
  • Potente, con buen balance de sabores ácido y dulce. Paso denso. Final muy largo, con notas de chocolate con leche.
Servida en su propia copa en la cervecería Oldenburg de Madrid.


A partir de las dos catas comprobamos que se trata de una cerveza de color marrón oscuro, turbia y con crema también oscura. Los aromas son complejos, con notas torrefactas (chocolate, café) y vegetales agradables (rúcula, hoja de parra). En boca es potente y densa, muy equilibrada y con un final largo sin apenas amargor.

¿Y si comparamos esta cata que hemos inducido de las otras dos con la de Westvleteren 12? Bien, tendríamos en ambos casos una cerveza de color marrón oscuro, turbia y con crema espesa y oscura. En nariz hablaríamos en ambos casos de cervezas muy complejas, con multitud de aromas, entre los cuales aparecen los torrefactos (ese chocolate omnipresente) y los herbáceos (de la rúcula y la hoja de parra a la hierba recién cortada). En boca el carbónico está siempre en su punto justo, hay mucho equilibrio entre sabores (con un punto dulzón siempre presente) y el final, muy largo, apenas presenta amargor. ¿Estamos ante la misma cerveza? No del todo, pero ahí andan. En cata a ciegas me costaría distinguirlas. Dos verdaderas maravillas.

Gracias por vuestra atención, campeones. Nos vemos mañana.



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