Estamos hablando de un whisky con añada (1998) que, además, especifica la fecha de embotellado (2014). Es decir, también tiene 16 años. No obstante, hay más diferencias aparte de la indicación temporal, la principal de las cuales viene dada por una doble maduración: empieza en las mismas barricas que el Lagavulin 16, pero el periodo final de envejecimiento lo realiza en botas que previamente han contenido PX, que le confieren unas características diferentes.
La botella anda por los 100 pavos, así que no es precisamente barata.
Lagavulin 1998 Distillers Edition
Lagavulin Distillery (Diageo)
Single Islay Malt Whisky
43%
Catado el 18 de marzo de 2016.
- Ámbar intenso con irisaciones verdosas. Capa abierta.
- Intensidad aromática muy alta: humo, carbón de encina, cuero, tabaco, clavo. Ya sabemos que Lagavulin destaca por los aromas ahumados y de turba. Además de estos aromas, que son los predominantes, encontramos toda una panoplia odorífera: fruta (lima, umeboshi, naranja amarga, piña), especias (vainilla, pimienta negra, nuez moscada, cardamomo, canela), vegetales (oliva verde, té, hierba cortada, acícula de pino). Muy complejo pese al marcado carácter ahumado.
- Potente, bastante seco (pese al envejecimiento en botas de PX), con paso envolvente en que predominan sabores umami y salinos. Buena acidez viva. Final sin amargor, con notas marcadas de humo de hogar. Persistencia media-baja (esto llama la atención). Muy rico.
Aunque aquí lo veis servido completamente solo (para que aprecieis bien el color), os recomiendo beberlo rebajado con agua con gas (una gran opción es Magma, con carbónico endógeno) y maridarlo con algún queso azul no muy fuerte: una elección excelente es un Blu di bufala lombardo.
Un muy interesante whisky, que no había probado hasta ahora. Por lo demás, fue una gran cata, como de costumbre. Mil gracias al anfitrión y al maestro sumiller.
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