El centurión Brabus lanzando al río la mano del gigante Druon Antigoon, leyenda que está en el origen de Amberes (el nombre neerlandés, Antwerpen, viene de hand, "mano", y werpen, "lanzar").
¿A que me quedó chula la foto? Es la porción superior del monumento que hay en la plaza Grote Markt, frente al ayuntamiento y junto a la catedral.
En lo que se refiere a restaurantes de la ciudad, no nos podemos quejar: hasta la fecha hemos comido en dos, uno de ellos con dos estrellas Michelin ('t Zilte) y otro con una (The Glorious). Pues bien, siguiendo con la clasificación de esta prestigiosa guía francesa, hoy vamos a entrar en un Bib Gourmand (esta etiqueta se reserva para los restaurantes que tienen un alto nivel y bajo precio, y suelen ser los que prefieren los propios inspectores de la guía para comer).
El elegido se llama InVINcible, así, con esas mayúsculas centrales. Ellos se denominan wijnrestaurant, esto es, restaurante de vinos, y por eso el juego con las mayúsculas: en francés vin significa "vino" e invincible, obviamente, "invencible". ¿Por qué en francés, siendo ellos flamencos? Pues porque la cocina es francesa creativa. Todo se entiende ahora, o al menos debería.
Es un restaurante muy chulo en el que hemos comido varias veces en nuestros periplos por el Benelux. Presenta varias ventajas: siendo la cocina formidable, no son caros; la carta de vinos y de cervezas es muy interesante; está en pleno centro de la ciudad (así que te puedes dar un paseo antes o después tranquilamente) y, algo genial, tiene un horario sorprendente para Bélgica: la cocina está abierta hasta las 22:00 y el local no cierra hasta pasada la medianoche (por si te quieres quedar tomando una copa tras la cena). En un país donde se cena de 18 a 20 horas, esto se agradece.
La fachada: el restaurante es el edificio alto y gris con las bicis delante.
El interior está dividido en varios ambientes: esto que tenéis aquí es cocina a la vista, con una barra en torno a la misma en la que degustar los platos que han cocinado delante de uno.
También hay una sala convencional chiquita, tan solo para 14 comensales; una terraza con una mesa gigante para compartir cuando llega el buen tiempo y un reservado para cuatro personas en un piso superior.
Esto es la "carta de vinos": en lugar de estar impresa en papel, tienen las botellas (vacías) en la pared, con los precios escritos sobre las mismas con tinta blanca. En los menús impresos sí vienen los vinos por copas, porque varían tanto como los platos (y se maridan con ellos).
Esto es la "carta de vinos": en lugar de estar impresa en papel, tienen las botellas (vacías) en la pared, con los precios escritos sobre las mismas con tinta blanca. En los menús impresos sí vienen los vinos por copas, porque varían tanto como los platos (y se maridan con ellos).
Bien, empecemos con los platos. Un aspecto que me gusta especialmente de este restaurante es el aprecio que sienten por la sardina, un pescado tradicional e injustamente denostado. Lo que hacen es buscar las mejores, y presentarlas de forma imaginativa. Por ejemplo, aquí tenéis sardinas La Belle Iloise 2011 en tostada con mimosa y huevo. Prestad atención al cuchillo Le Morezien de Jean Pierre Lépine, grabado con el nombre del restaurante.
Otra elaboración: sardinas, tapenade, ensalada. La combinación de la oleosidad del pescado con la acidez de la ensalada y el sabor marcado del tapenade resulta interesantísima. Para los que no lo recordéis, os diré que el tapenade es una mezcla de aceitunas, alcaparras, anchoas y aceite de oliva típica de la Provenza. Suele tener consistencia de pasta untable, pero aquí es más una juliana.
Aunque lo pudiera parecer, esto no se come directamente sobre la mesa: en lugar de plato viene servido sobre una tabla gruesa de madera.
No solo hay sardinas en elaboraciones alucinantes, sino otros pescados de los que se suelen (injustamente) considerar menores, como este arenque ahumado con esparraguitos y dados de manzana que supone un bocado delicioso.
Si coméis carne, aquí tenéis un plato típico flamenco: Boerenpaté. Se trata de un pastel de carne de cerdo con especias, chalotas, ajo, vino tinto y whisky. Se acompaña de remolacha encurtida.
No solo hay sardinas en elaboraciones alucinantes, sino otros pescados de los que se suelen (injustamente) considerar menores, como este arenque ahumado con esparraguitos y dados de manzana que supone un bocado delicioso.
Si coméis carne, aquí tenéis un plato típico flamenco: Boerenpaté. Se trata de un pastel de carne de cerdo con especias, chalotas, ajo, vino tinto y whisky. Se acompaña de remolacha encurtida.
Filete de caballa, espárragos de Malinas, salicornia, pesto: los reputadísimos espárragos de Malinas vienen aquí en pares: dos blancos y dos verdes. La salicornia es una planta suculenta halófila (esto último significa que crece en zonas con elevadas concentraciones de sal, normalmente en salinas o junto a la costa). Lógicamente, su sabor es intenso y salino.
Merluza, tomatitos cherry, albahaca. Un plato en el que se deja hablar al producto, que es de excelente calidad. Atención: aunque parezcan cebollitas o patatitas, son tomatitos.
Merluza, tomatitos cherry, albahaca. Un plato en el que se deja hablar al producto, que es de excelente calidad. Atención: aunque parezcan cebollitas o patatitas, son tomatitos.
Pintada de Guinea con manzana, salsa de Calvados y pimiento verde. La pintada de Guinea (Numida meleagris) es una de las gallináceas más antiguas que existen. Originaria de África, se la ha introducido en muchos lugares del mundo.
Por cierto, en segundo plano podéis ver un plato de platija salvaje con patatas y ensalada.
Roastbeef con espárragos, guisantes y patatita. Lógicamente, aquí lo que prima es la calidad del producto, dejando que se exprese por sí mismo al evitar elaboraciones pesadas o cocciones prolongadas.
Para limpiar la boca antes de pasar a los postres, os aconsejo este Pêches Bellini, un cóctel clásico a base de prosecco y zumo de melocotón. En este caso no es zumo, sino sorbete. Muy agradable.
Si os apetece un postre contundente, podéis optar por este moelleux de chocolate con helado de vainilla y perlas de caramelo. Una combinación clásica entre calor y frío.
Llegamos al final del ágape con un postre impresionante: café glacé, helado de café con una taza de espresso empapándolo todo y cubierto por grageas. Lo primero que quiero es llamar la atención sobre la vajilla y la cubertería, que son de primera. Luego, habéis de saber que en InVINcible cuidan mucho el café, son grandes baristas y, al igual que les sucede con el vino, hay gente que va a una pequeña barra que tienen con cinco taburetes solo a tomar una copa de buen vino o una taza de buen café.
De café a café y tiro porque me lo sé. Ristretto acompañado de galletitas y nubes (marshmallows). Como os acabo de contar, muy cuidado.
InVINcible
Jefe de cocina: Kenny Burssens
Haarstraat 9, 2000, Amberes
+32 32 31 32 07
http://www.invincible.be/
Menú prix fix: 37 € (primero, principal y postre).
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