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lunes, 4 de julio de 2016

Johnnie Walker Swing

Vamos a catar el único whisky estándar de Johnnie Walker que no responde al color de la etiqueta. Empezó a elaborarse en 1932 y la producción no ha cesado desde entonces. En términos de precio (para botellas actuales, no antiguas) se encuentra a medio camino entre el Double Black Label y el Green Label.

Responde al nombre de Swing, como el baile, y esto se debe a que la botella tiene la capacidad de balancearse (eso es lo que significa literalmente swing en inglés); se balancea como un tentetieso, característica que obedece a que estaba pensada para poder consumirse durante las travesías en barco sin que se cayera de la mesa aunque la mar estuviera algo picada.

La botella que catamos hoy tiene varias décadas de antigüedad (parece que es de los 60) y la consiguió mi amigo Alberto junto a la jarra de Ye Whisky of Ye Monks que catamos anteayer. Qué fiera.

Johnnie Walker Swing
John Walker and Sons ltd
Blended Scotch Whisky
43%
Catado el 1 de julio de 2016.
  • Presenta un color peculiar: naranja ambarino intenso, con destellos verdosos. Abierto y limpio. La peculiaridad del color seguramente obedezca a la evaporación natural que ha sufrido a lo largo de los años pese a estar cerrado (como ahora veréis en la foto).
  • Intensidad aromática elevada. Aromas muy golosos: vainilla, canela, galleta, plátano, marshmallow (las nubes de azúcar). También una nota clara de batido de chocolate y un punto de avellana. Vamos, que oliéndolo pensaría uno que está ante el desayuno de fantasía de un crío más que ante un whisky.
  • Entrada ligeramente dulzona de potencia comedida. Paso salino y umami, muy cálido. Persistencia media.

La botella cerrada y, pese a todo, con una merma considerable (fui yo el que la abrió, así que os garantizo que tenía el precinto de garantía del tapón de rosca sin romper). 
Tengo entendido que las botellas originales de Swing llevaban cabezuela de corcho en lugar de rosca, y que su precio supera con creces los mil pavos.


Ya servido en copa de balón. Es uno de los güisquis más golosos que he probado. 
En la copa podéis observar el tono anaranjado que tiene, que llega a recordar el del brandy natural.


2 comentarios:

  1. ¡Qué curioso lo de la botella para barco!Y muy cierto lo del color, si veo la copa sola pienso que contiene coñac.

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  2. Saqué del estuche de cartón la botella preciosa de whisky Swing y oh sorpresa!. El tapón es de corcho y se deciso al tratar de abrirla. Terminé con un sacacorchos sacando los restos del tapón.!! El whisky, pese a todas estas penurias, está bien Demasiado suave para mi gusto. No se si será por el desastre del tapón

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