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domingo, 10 de julio de 2016

Perucchi gran reserva

Os voy a confesar algo: hasta hace apenas 7 u 8 años no me gustaba el vermú.

Sin embargo, un buen día un distribuidor trajo a la tienda en la que trabajaba por aquel entonces unas muestras del que hoy vamos a catar y la cosa cambió. Así, de la noche a la mañana. Antes no me gustaba, después sí (algo parecido me ocurrió años antes con la cerveza).

Perucchi fue la primera marca de vermú que hubo en España, fundada en 1886. Ha recibido numerosos premios y ha sido elegida proveedora de la casa real española. No viene en botella de 70 cl, sino en frasca de un litro tapada con una de las cabezuelas más gordas que he visto nunca.

Elaborado a partir de vinos y mistelas mezclados con hierbas y frutos, utiliza un sistema similar al del vino de Jerez, por el cual se mezcla vermú nuevo con otro de añadas anteriores a través de soleras que se remontan a la época de fundación de la bodega.

Perucchi gran reserva
Montana-Perucchi SA
15%

Catado el 9 de julio de 2016 (1ª cata):
  • Caoba oscuro, brillante y turbio. Hay varios colores que caen bajo el término "caoba", referido siempre a un marrón rojizo (pensad en la madera de caoba o en los tintes capilares). Si queréis que me ponga específico, diría que el del vermú es el denominado Mahogany-VY DK. Toma ya, eso os pasa por preguntar. Por cierto, miradlo en la copa, no en la frasca (en la frasca siempre se ve más oscuro porque la concentración es mayor).
  • Intensidad aromática elevada: genciana, hinojo, refresco de cola, clavo, caramelo, quina.
  • Ataque agridulce. Paso envolvente, con acidez marcada. Final de persistencia media con tanicidad bien matizada. Muy rico.
Catado el 22 de septiembre de 2017 (2ª cata):
  • Ocre oscuro turbio, con buena lágrima y ribete topacio. Las catas son separadas y sin consultar, ya sabéis, por eso no he repetido lo del Pantone, pero podéis ver que sigue siendo turbio (casi todos los demás vermús se filtran mucho) y rojizo (ocre oscuro en este caso, es decir, menos marrón y más amarillento que el caoba de la primera vez; tened en cuenta que fue una cata nocturna con luz artificial).
  • Intensidad aromática media-alta: refresco de cola, genciana, camomila, nuez moscada, albahaca. La cola y la genciana se repiten tal cual; el clavo da paso a la nuez moscada (esta segunda vez la cata fue tras La Copa de González Byass, que abusa del clavo, tal vez por eso pasó más desapercibido), el hinojo cede a la albahaca.
  • Ataque más seco de lo que recordaba, quizás por comparación con otros vermús catados antes. Paso graso, muy fresco (en ese aspecto sigue consistente con la cata previa). Final con amargor medio-alto y persistencia más elevada de lo que recordaba. Genial.

 El elefantito Koch nos sirve de guía para hacernos una idea del color tan oscuro que tiene el vermú.
La frasca de litro cuesta unos 8 lereles, un precio bastante asequible, si me preguntáis.


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