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jueves, 28 de julio de 2016

Tap 1. Meine blonde Weisse

Muy buenos días, señoras y señores,

De la casa bávara Schneider Weisse solo hemos catado hasta ahora su Tap 6; eso sí: en dos versiones, a saber: la tradicional y la de guarda (en su añada de 2012), y llegamos a la conclusión de que ganaba muchísimo con el paso del tiempo.

Pues bien, aquella era Tap 6 porque hay otras cinco antes (y varias después); y hoy vamos a probar la Tap 1, la primera de todas. Tap significa "grifo" en alemán (también en inglés y en neerlandés) y se refiere, obviamente, a los grifos de cerveza que hay en bares, cervecerías, pubs y brasseries.

Cada grifo lleva un título o sobrenombre: en este caso Meine blonde Weisse, esto es, "mi blanca rubia". Aunque parezca una contradicción (¿de qué color, blanca o rubia?) no lo es tanto: Weisse se refiere al tipo de cerveza (de trigo) y blonde al color que presenta (rubia, porque las hay oscuras). ¿Todo aclarado?

Tenemos dos catas, separadas entre sí más de tres años, para poder comparar bien. Mola.

Schneider Weisse Tap 1 Meine blonde Weisse. Cerveza de trigo turbia bávara. 5,2%

Catada el 19 de enero de 2013 (1ª cata):
  • Naranja amarillento con crema muy blanca y muy abundante.
  • Aromas de pan, harina, regaliz y flores blancas.
  • Fresca, amplia, algo insípida y no muy larga.
Catada el 26 de julio de 2016 (2ª cata):
  • Dorado ambarino turbio con abundantísima crema blanquecina.
  • Intensidad aromática baja: pan, gachas, rosas. También notas de plátano, menta y vainilla.
  •  Refrescante, viva, punzante. Con cuerpo, aunque ni sabrosa ni duradera.
Loxa juega con la chapa (específica de la Tap 1, como veréis si ampliáis).


Al comparar las dos catas, pese a que hay más de tres años y medio entre ambas, vemos que es una cerveza muy homogénea a lo largo del tiempo. Ambarina, turbia y con abundante crema blanquecina (como podéis ver en la foto, y eso que está tomada con flash, que siempre altera algo).

En nariz no se muestra muy intensa, aunque los aromas secundarios típicos del estilo siempre aparecen en primer lugar (pan, harina, gachas) bien acompañados por una nota floral muy agradable y conseguida. El aroma de plátano, tan habitual de estas birras, solo lo noté en la segunda cata y muy escondido. Me alegra, porque cuando está presente de forma más clara se superpone a todos los demás. Finalmente, hay cierta nota balsámica siempre presente, ya recordando a regaliz, ya a menta.

En boca empieza bastante bien, con cuerpo y buena acidez, pero le falta sabor en el paso y desaparece rápidamente tras tragarla. Conclusión: es una cerveza correcta y muy fácil de beber, idónea para calmar la sed o para gente que se esté iniciando o prefiera birras sutiles.

Gracias por vuestra atención. Nos vemos mañana si estáis por aquí.

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