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martes, 20 de septiembre de 2016

Finca La Beata 2013

En San Antonio, en el medio de la DO Utiel-Requena (Valencia) está Dominio de la Vega, que elabora unos cavas muy interesantes y, también, vinos como el que hoy os traigo, un tinto 100% bobal (la uva local) a partir de vides centenarias y con 18 meses de barrica.

Finca La Beata 2013
Dominio de la Vega SL
DO Utiel-Requena
14,5%
Catado el 16 de septiembre de 2016.
  • Picota muy cubierto con ribete violáceo. Gran lágrima.
  • Intensidad aromática elevada: carnes ahumadas (jamón de York, chuleta de Sajonia), otros ahumados (hogar); vainilla, romero, enebro, grosella negra.
  • Suave, delicado, aterciopelado. No se nota potente pese al grado, gracias a la acidez fresca. Paso con buenas notas salinas; por lo demás, redondo. Final con taninos muy comedidos, de persistencia breve.
Catado en el restaurante Vertical, de Valencia, que pronto aparecerá por aquí. Copa Zwiesel. La botella de este tinto sale por 32 lereles.

El cacharro que está sobre la botella se llama Coravin, y es un invento (que cuesta 300 pavos) diseñado para no tener que descorchar la botella: una fina aguja perfora el corcho lo suficiente para que el vino pueda extraerse pero no tanto como para que, al retirarse, quede orificio alguno. Además, el volumen de líquido extraído se rellena con gas argón, inerte. Esto permite que vinos muy caros se puedan servir por copas mientras siguen evolucionando en la botella, sin necesidad de tener que acabarlos rápidamente (algo difícil en esas gamas estratosféricas, no mucha gente afloja la mosca). 
¿Que por qué argón y no otro gas noble, o nitrógeno? Pues digo yo que porque el argón no se asocia a nada ajeno y así pueden cobrar más caros los recambios (cada cápsula son diez pavos). Si fuera nitrógeno no podrían cobrar pastarraca, a fin de cuentas los neumáticos se están inflando cada vez más con él, y las patatas fritas vienen en atmósfera inerte... de nitrógeno. Y otros gases nobles distintos al argón, a ver... el helio para los globos, el neón para las luces de los bares, el kriptón recuerda a Supermán, el xenón para los faros de los coches, y el radón es radiactivo y da miedo. No, caramba, solo podía ser argón para cobrar 10 eurípides la cápsula.


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