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lunes, 5 de septiembre de 2016

Fino Quinta

De las célebres bodegas Osborne, del Puerto de Santa María, solo hemos catado hasta la fecha su brandy Carlos I Imperial; hoy vamos a probar su fino, uno de los más conocidos que hay (aunque no tanto ni tan emblemático como Tío Pepe, claro; sin embargo el toro de Osborne sí es más conocido y emblemático que la botella con guitarra de este, imágenes celebérrimas en España ambas).

¿Por qué se llama "Quinta"? No es porque la uva palomino con la que se elabora venga de una quinta (finca) que haya de mencionarse, sino porque las andanadas en las que se elabora constan de cinco niveles. La andanada es el conjunto de criaderas y solera, esto es, las botas apiladas unas sobre otras y en las que el vino va envejeciendo y mezclándose con añadas anteriores hasta llegar a la fila inferior, la solera, de la que se extrae el que se embotellará. Al constar de cinco filas, la solera es la quinta, y de ahí el nombre.

Actualización a 7 de febrero de 2021: ha pasado casi un lustro y he vuelto a catar este fino, y a fotografiarlo (que la foto de 2016 era muy maluca). Así podemos comparar.

Fino Quinta
Bodegas Osborne
DO Jerez-Xérès-Sherry
15%

Catado el 2 de septiembre de 2016 (1ª cata).

  • Amarillo palidísimo, limpio y abierto.
  • Intensidad aromática alta: almendra, salazón, salmuera, hueso de aceituna, piedra caliza.
  • Potente y sequísimo en el ataque. Un toque pungente, aunque el sabor predominante es claramente el umami. Sabroso.
En la foto se aprecia un buen maridaje: unos langostinos, que tienen también un potente sabor umami.
La botella de 75 cl salía en 2016 por 7 pavetes.
 
 
Catado el 2 de febrero de 2021 (2ª cata):
  • Dorado palidísimo, limpio, sin apenas lágrima.
  • Intensidad aromática elevada: miga de pan, salmuera, oliva verde, albero, incluso cardo.
  • Ligero pero bien estructurado. Sequísimo, con mucho umami. Final largo, muy amargoso, con notas pungentes. Por vía retronasal llegan recuerdos de almendra. Rico.
Sin flash, con luz natural, servido en un buen catavinos. Esta foto es otra cosa.
Por cierto, tras casi cinco años, el vino cuesta... los mismos siete euros. Genial.


Comparemos ambas catas, independientes ellas entre sí: siempre muy, muy pálido, limpio; con nariz intensa en la que hay notas de salmuera, de oliva, de almendra, de mineral... En boca sequísimo, muy umami y con un toque pungente. Me llama la atención lo constante que es a lo largo de los años.

 
 

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