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lunes, 17 de octubre de 2016

Johnnie Walker Blue Label

La gama más alta de Johnnie Walker. Existen otros güisquis más caros y exclusivos elaborados por la casa John Walker & Sons, pero no bajo la marca Johnnie Walker.

Este blended busca recrear el sabor que tenía una mezcla especial de la casa en el s. XIX, llamada Old Highland Whisky. Se presenta en una caja con interior de seda, certificado de autenticidad y botella numerada.

Es un whisky caro (la botella de 70 cl cuesta, dependiendo de dónde y cuándo se compre, entre 140 y 220€) por lo que la casa saca al mercado un formato de tan solo 20 cl (que da para cuatro copas, no hay que exagerar con la cantidad) por precios que oscilan entre 40 y 60€. Mi amigo Alberto, profe de cocina del que ya os he hablado alguna vez, consiguió una de estas y me convidó a catarlo, algo que le agradezco y que ahora comparto con vosotros. Tenemos dos catas separadas entre sí más de dos semanas, así podemos comparar.

Johnnie Walker Blue Label
John Walker and Sons ltd (Diageo)
Blended Scotch Whisky
40%

Catado el 27 de septiembre de 2016 (1ª cata):
  • Ámbar oscuro, limpio y abierto, con irisaciones verdosas.
  • Intensidad aromática media-alta: piña, pomelo, rambután, resina de pino.
  • Potente, con buena acidez fresca y buena salinidad. Final largo con notas de humo.
Catado el 14 de octubre de 2016 (2ª cata):
  • Dorado ambarino, limpio y abierto, con las típicas vetas grasas.
  • Intensidad aromática media: cereal crudo, plátano verde, abeto, hierba.
  • Potencia controlada. Buenísima acidez. Paso lento con buena metalicidad. Final largo con notas de humo y frutos secos.
Podéis ver varios detalles elegantes de la presentación: la cajita con el interior de seda (sobre la que tenéis a Loxa), la cápsula de estaño (en primer plano), la cabezuela de corcho incluso en este formato de 20 cl y, si ampliáis, la botella numerada.


Comparando ambas catas obtenemos un whisky de color ambarino, limpio, de intensidad aromática media (no todos los destilados caros han de ser muy intensos). Varios de los aromas que uno asocia al whisky, como la vainilla o el caramelo, no aparecen por aquí ni a la de tres. Hay notas constantes de conífera (abeto, resina de pino) y de fruta tropical (más clara la primera vez, con el rambután y la piña, pero también presente en la segunda, con el plátano verde).
En boca se muestra potente, pero sin agresividad, seguramente gracias a esa nota destacada y constante de acidez fresca que lo hace tan vivo y tan fácil de beber incluso sin hielo. El final es siempre persistente y con una nota clara ahumada. 
Es un whisky muy bueno pero sutil, por lo que puede decepcionar a quien espere una bomba en intensidad aromática o en potencia. No obstante, quien sepa disfrutar con calma y atención lo apreciará. Y, por favor, no hagáis como Richard Nixon, para quien Blue Label era la bebida perfecta... siempre y cuando estuviera mezclado con ginger ale. Tomadlo solo, con agua o con un poco de soda.

3 comentarios:

  1. Probablemente nunca cataré este ni otro muchos bebercio que describes..yo te leo por la poesía "bombadeintensidadaromática😊" por lo bien que colocas las palabras!

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    1. ¡Arsa! Muchas gracias por el piropo. Es verdad que a Bebercio llegan lo mismo cosas exclusivas que barateras: se trata de abarcar el mayor espectro posible para darlo a conocer. Así disfrutamos todos.

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    2. Bueno, no lo decía(lo de probar o no) por la plata si no por el espacio (capacidad, cabida, amplitud, aforo)y el tiempo (era, momento)... gracias por abarcar tanto y compartirlo aquí

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