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domingo, 16 de octubre de 2016

Toro

Siempre pensé que cuando os hablase del "Toro de Osborne" sería en la entrada relativa al brandy Veterano, para el cual se diseñó el cartel anunciador con forma de toro de lidia, del mismo modo que os hablé del cartel de Tío Pepe en la entrada relativa a este fino. Sin embargo, vamos a hablar del toro en una entrada relativa a una birra y no a un brandy, toma ya.

¿Y eso por qué? Pues porque los de Osborne se han alíado con los de Premium Beers from Spain, que son los artífices de alguna birra que ya hemos probado por aquí, como Er Boquerón o La Socarrada, para sacar una cerveza peculiar que se llama Toro y que muestra de forma conspicua la tan famosa silueta que habita junto a las carreteras de toda la geografía española. ¿Por qué digo que es peculiar? Dejando a un lado lo del toro de Osborne en una birra, que ya es para echarle de comer aparte, porque, según nos cuentan, está "envejecida con madera de barrica de Jerez". Pero no adelantemos acontecimientos y volvamos al cartel del Toro de Osborne.

 En Valencia, dentro del campus de la UPV. Hasta donde sé, es el único Toro (a partir de ahora, si lo pongo con mayúscula me refiero al cartel y no al animal) que no está junto a una carretera.

El Toro nace en 1956 de la mano del artista Manolo Prieto, y dos años después se empieza a colocar como valla publicitaria por carreteras. Andando el tiempo fue cambiando su tamaño, su color y su material, hasta llegar a medir 14 m de altura, ser completamente negro y de chapa.

Con los cambios de leyes estuvo a punto de desaparecer, porque se prohibió que hubiese vallas publicitarias en las carreteras, ya que distraían y causaban accidentes. Sin embargo, gracias a una serie de iniciativas populares, el Tribunal Supremo lo indultó en 1997 y el Toro pasó de ser algo meramente publicitario a un símbolo del país, para bien y para mal.

Digo lo de para bien y para mal porque a menudo unos nacionalistas lo han hecho suyo (por ejemplo, superponiéndolo a banderas de España) y otros lo han repudiado (sin ir más lejos, en la provincia de Barcelona derribaron en varias ocasiones el Toro que tenían; al único que hay en Mallorca lo vandalizan a menudo). Es verdad que es un símbolo identitario de las carreteras del país, pero de ahí a meterlo en nacionalismos... En fin.

Pero volvamos a la birra. Antes os decía que no quería adelantar acontecimientos respecto a lo de "envejecida con madera de barrica de Jerez", y ahora lo retomo. La cuestión es que no está envejecida EN barrica de Jerez sino CON madera de tal. Dentro de un tanque de acero van y meten unas cuantas duelas de una barrica, y las dejan ahí durante un mes. Y tan panchos. Si esto lo haces con vino se te cae el pelo, es una práctica ilícita en la UE; pero con cerveza no hay tanta restricción.

Otro detalle es que lo de "barrica de Jerez" es muy ambiguo: ¿de fino, de amontillado, de oloroso...? ¿O simplemente es una duela nueva fabricada en Jerez de la Frontera? No lo especifican por ninguna parte. Misterio, misterio... En fin, probémosla.

Toro. Cerveza española "envejecida con madera de barrica de Jerez" (sic). 5,2%
Catada el 17 de septiembre de 2016.
  • Caoba abierto con irisaciones verdosas. Crema beige abundante pero poco duradera.
  • Intensidad aromática media: caramelo, melaza, pan, gachas.
  • Ataque punzante y dulzón. Paso ligero, sin demasiado cuerpo. Persistencia breve.
La foto está tomada en el valenciano Mercado de Tapinería.



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