Se construyó como una ciudad en miniatura, con reproducciones de elementos emblemáticos de distintas provincias de España: un hórreo de Asturias, un pazo gallego, la Puerta del Carmen de Zaragoza, la de Bisagra de Toledo... Hoy día la feria ya no se celebra, pero perviven varios de sus pabellones, en los que se alojan restaurantes.
Precisamente vamos hoy a comer en el que se esconde tras la reproducción de la Puerta de Bisagra toledana.
La Pesquera no es un solo restaurante, sino un conjunto de ellos con 35 años de experiencia a sus espaldas. La mayoría está en Marbella (provincia de Málaga) aunque vamos a comer en uno madrileño. Los platos son muy diversos pero, lógicamente, hay un énfasis particular en pescados y mariscos de la zona del Estrecho de Gibraltar.
Tras la monumental puerta nos encontramos un no menos monumental patio, con luz natural cenital y una fuente en el centro. En un lateral hay una parrilla gigantesca alimentada por leña donde se hacen los platos a la plancha: desde verduras y espetos hasta solomillos de buey. Hay una planta superior que no siempre está abierta y que se puede reservar entera.
El patio, con su fuente y su luz natural. Se aprecian bien los dos pisos.
Hablando de reservar, os aconsejo hacerlo si vais a ir en fin de semana o festivo, porque entonces se pone hasta los topes, con familias completas en las que hay tres generaciones presentes. Si vais un día lectivo no es tan complicado encontrar mesa libre, porque el espacio es enorme.
Al estar en la Casa de Campo es fácil encontrar aparcamiento; además cuenta con un espacio trasero propio para estacionar y con servicio de aparcacoches. Todas las cosas que os estoy diciendo son fenomenales y podrían hacer de este restaurante una pasada (además, veremos que la cocina es bastante buena) pero hay un par de detalles que ensombrecen la experiencia y que no quiero dejar de contaros:
La primera es lo exiguo de la carta de vinos, con referencias trilladísimas y muy poca variedad. Parece mentira, por cierto, que en un restaurante con una inspiración tan andaluza no haya ni un vino de Jerez, pero es así. La segunda es que hay hilo musical. Y no un hilo musical suave y casi imperceptible, sino bastante acusado, sobre todo si la sala no está muy llena. Como te descuides te ponen un disco de Luis Miguel y lo dejan repitiéndose tres horas sin cambiarlo, y eso raya un poco, la verdad.
Fuera de esos dos inconvenientes, que serían fácilmente subsanables, la experiencia general es muy buena (por eso aparece aquí, ya os dije que al blog solo íbamos a subir restaurantes que me hubieran gustado, porque son un pequeño extra entre tanto bebercio). Venga, veamos qué se come:
En esta foto introductoria, con su patio al fondo lleno de comensales, tenemos varios entrantes. En primer plano unas verduras a la parrilla (ya os he comentado que la parrilla es una pasada alimentada con leña natural) y, a la derecha, unas ostras de Arcade (Pontevedra). No siempre hay ostras, depende de si el producto es óptimo.
Crema de langosta: deliciosa, uno de los platos mejor conseguidos que he probado aquí. La bisque de pescado y marisco está logradísima, y hay pedacitos de langosta muy sabrosos en abundancia. Muy recomendable para ir abriendo boca.
De langosta a langosta y tiro porque me toca: ensalada de langosta, kiwi y piña. A ver, la presentación es bastante hortera, las cosas como son. La langosta era muy rica, pero me sobra tanta salsa. Un plato con luces y sombras.
Bienmesabe: un plato tradicional andaluz. Cazón adobado y rebozado. En este adobo era especialmente llamativo el comino, muy agradable. Buena materia prima y el punto bien cogido.
Espeto de sardinas a la marbellí: otro plato típico de la costa andaluza. Se pinchan las sardinas y se doran a la parrilla con sal gorda. Así de sencillo y así de rico. Personalmente me como hasta las cabezas, las raspas y las colas, de tierno que es el conjunto (sí, ya sé que son sardinas y no boquerones y que suena raro lo que os digo, pero yo soy un poco raro a veces).
Huevos rotos con jamón: este plato ya no es típico de la gastronomía andaluza, y sí de la madrileña, donde está el restaurante (también son típicos, por cierto, de la cocina canaria).
Bacalao a la sanluqueña con langostinos: celebérrimos son los langostinos de Sanlúcar de Barrameda, en Cádiz, como ya hemos contado alguna vez. Aquí acompañan un taco de bacalao rebozado.
Atún de almadraba de Barbate: la pesca de almadraba, tan típica de los pueblos de la costa gaditana, es un arte de pesca muy selectivo, especializado y tradicional de túnidos de gran tamaño, particularmente atún rojo (según se desplaza en sus migraciones entre el Atlántico y el Mediterráneo). Aquí está a la plancha, sin más, dejando que sea la materia prima la que hable.
Ya sabéis que el atún rojo (Thunnus thynnus) es una especie amenazada, por lo que uno debe ser especialmente cuidadoso al consumirlo. Los principales esquilmadores son los japoneses, que parece que hasta se alimentarían solo a base de él si les dejaran; pero todos hemos de ser cautos. Consumirlo de almadraba y estar al tanto de si se recuperan los caladeros es siempre aconsejable.
Para los que seáis carnívoros, aquí tenéis un solomillo de buey al carbón de encina. Con sal gorda y acompañado de patatitas, champiñón y pimiento asado. Se ha cortado un trozo para que veáis que solo se ha sellado y que el interior sigue sangrante, como mandan los cánones, para que el producto se exprese completamente.
Para los que seáis carnívoros, aquí tenéis un solomillo de buey al carbón de encina. Con sal gorda y acompañado de patatitas, champiñón y pimiento asado. Se ha cortado un trozo para que veáis que solo se ha sellado y que el interior sigue sangrante, como mandan los cánones, para que el producto se exprese completamente.
Por cierto, ya os habréis dado cuenta, pero aquí se ve muy bien que la vajilla es exclusiva del restaurante.
Como postre tenéis varias opciones, aunque mi favorita tras una comida copiosa es un sorbete, que refresca y ayuda a digerir. En este caso se trata de sorbete de mandarina con vodka, reemplazando el clásico de limón y cava (que también tienen, por supuesto).
[Actualización a 20 de octubre de 2022]: me he acercado a comer y esto es lo que me he encontrado, entre andamios y operarios trabajando. Ya no hay La Pesquera, y con ella muere el Paseo de la Gastronomía original; confiemos en que llegue uno nuevo, sin demoler los edificios originales. Si, como aquí, hay que reinterpretarlos, me parece estupendo. Sign o' the times.
La Pesquera de Madrid
Chef ejecutivo: Richard Alcayde
Ferial 5 c/v avenida de Portugal s/n, 28011, Madrid
+34 914 641 612
http://www.lapesquera.com/web/restaurantes-la-pesquera/restaurante-en-madrid/
Precio medio: 50 €
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