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viernes, 6 de enero de 2017

Mil, nada menos

Ha llegado el día señalado, y ha llegado con los Reyes Magos, toma ya. "¡El mileniarismo va a llegar!" decía Arrabal; pues bien, de un modo u otro, a Bebercio ha llegado.

TVE, 1989. Algún bebercio de más. Inolvidable.


Ya hemos hecho recuentos cuando llegamos a las 250, a las 500 y a las 750 entradas; es obvio que con la milésima no podíamos hacer menos. Así pues, vamos allá.

Siempre he querido dejar claro que este es un blog dedicado fundamentalmente al vino y a la cerveza, ambos a partes iguales. Pongo mucho cuidado en que vayan equiparados, para que no se me enfaden los que prefieren uno u otro sector; eso sí, los que prefieren el whisky, el brandy, el AOVE o los restaurantes y cafés, han de saber que esos son aspectos menores de Bebercio. Me encantan, pero son acompañamientos, por utilizar la terminología de los restaurantes: los principales son el morapio y la birra.

Cuando llegamos a las 250 entradas, llevábamos exactamente 100 dedicadas al vino y 100 a la cerveza (cuatro quintas partes, claro, entre ambos). Al alcanzar las 750 la proporción ya había subido ligeramente, con 306 de cada; ahora, en el primer millar, tenemos 413 de vino y 413 de cerveza. Como son mil, es fácil calcular la importancia del vino y la birra en Bebercio: 82,6%. Así cualquiera.

Entendiendo que cuatro quintas partes, de forma constante, se dedican a estos dos manjares líquidos, veamos un poquito más de ellos: dentro de la cerveza, claramente prefiero la de alta fermentación, con 237 entradas frente a 107 dedicadas a la de baja. En el mundo del vino, el tinto también gana al blanco: 231 frente a 124. Podéis ver que las cosas van bastante parejas entre ales y tintos, por un lado, y lagers y blancos, por otro. Si nos ponemos estrictos, los paralelismos continúan entre cerveza lambic (7) y vino rosado (6). Prometo darle caña a ambos, pobrecillos (además me encantan, simplemente es más difícil acceder a ellos, pero me voy a esforzar, prometido).

El quinto restante está dedicado a todo lo demás. Uno de los aspectos que más gustan es el de los restaurantes: llevamos ya 50 clavados, y suman en total casi 30 estrellas Michelin. Hay para todos los bolsillos, que a veces me acusan de elitista: desde multiestrellados hasta tabernas de barrio y tascas familiares. Los cafés van más lentos, pero es porque soy tremendamente estricto y miro mucho mi café: llevamos solamente 8, pero muy repartidos: Londres, Amberes, Dinant, Oporto, Valencia, Alcalá de Henares y Madrid. Este último es el único que repite, con dos cafés entre sus límites.

Aceites de oliva llevamos ya 21 (los del sector me regañan por hacerles poco caso), todos ellos españoles (para eso España es el mayor productor mundial, y con diferencia); güisquis van nada menos que 53, entre ellos la gama entera de Johnnie Walker, que ya hemos logrado completar con todos sus colorines, y varias primeras referencias mundiales, no solo escocesas, sino japonesas y estadounidenses. Llevamos algunos canadienses, irlandeses y españoles también, pero no de tanta categoría. Dadme tiempo.

Al brandy y al vermú les voy a dar caña en las próximas mil, os lo aseguro. Me gustan mucho pero, al igual que las lambic o los rosados, son menos accesibles de lo que quisiera. Y, respecto al resto de bebercios, lo siento mucho: uno ha de conocer sus límites. Sé que hay gente (porque se me ha dicho en persona) que quisiera que me metiera con gin tonics y con tequilas pero, al menos por ahora, no soy lo suficientemente competente para lidiar con esos temas. Ya tengo bastantes trolls ahora, y eso dedicándome a lo que llevo años estudiando, como para meterme en camisas de once varas. Por cierto, un beso a todos mis trolls, que a fin de cuentas se toman la molestia de escribirme periódicamente, aunque sea para ponerme a caldo.

Pasito a pasito estamos catando casi todas las DOs españolas (aún queda, perdón a las olvidadas): conseguir catar todas, al menos, con un vino de cada, es uno de los grandes objetivos que me he propuesto. Ya llevamos 38, además de cuatro pagos y 7 indicaciones de vino de la tierra. Eso solamente en España, ojo.

El otro gran objetivo, conocer todas las abadías trapenses a través de sus cervezas, está prácticamente logrado. De hecho, las abadías originales (belgas y holandesas) ya las hemos conocido, y no solo a través de su birra, sino en persona, con visita a las mismas.

Madre mía, me está quedando una entrada larguísima. Voy a cortar ya; menos mal que he metido el vídeo de Arrabal. Volved a verlo, que es la risera.

Gracias a todos por estar al pie del cañón durante estas mil entradas. Mañana empiezan las siguientes mil.
 

3 comentarios:

  1. enhorabuena por los 1000! esperamos que los posts de aove sigan creciendo ya que no hay que olvidar que por muy buenos que estén el vino y la cerveza, no hay comida que se salve si utilizamos para su elaboración un mal aceite.

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  2. ¡Gracias por la felicitación! Va por vosotros también.
    Ya decía yo que los del mundo del aceite me regañabais por daros menos caña de la que quisierais. Prometo hacer crecer los AOVEs, ya lo veréis.
    Y estoy totalmente de acuerdo: si el aceite es malo, la comida se va al garete. Y, si es bueno, es capaz de arreglar más de un desaguisado.
    ¡Feliz 2017!

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