Straffe Hendrik Heritage 2015

Hay una empresa cervecera familiar en la hermosísima ciudad de Brujas, en Flandes, que responde al nombre de Halve Maan ("Media luna") y elabora una serie de cervezas de alta fermentación, potentes y sabrosas, que se llaman, a su vez, Straffe Hendrik ("Enrique el fuerte") y que merecen mucho la pena, igual que una visita a la ciudad en que se producen, que es Patrimonio de la Humanidad.

Un detalle del centro de Brujas, con sus típicas casas, en una foto que tomé hace unos 15 años y que he digitalizado para vosotros.

La cervecera Halve Maan es la única que aún opera dentro del casco histórico de la ciudad.

En esta empresa familiar elaboran una maravilla de cuádruple (los que me sigáis sabréis que ese estilo de cerveza potente, oscura, compleja y sin amargor me apasiona). Pues bien, una parte de esa cerveza es envejecida por la propia casa en barricas de roble durante más de un año en sus bodegas medievales. Después se trasvasa a botellas de 75 cl numeradas y tapadas con corcho y morrión, y sale al mercado con añada.

Desde que empezaron a hacer esto, con la añada de 2011, han empleado diversas barricas diferentes; la añada que hoy catamos (2015) se ha envejecido en unas que previamente habían contenido armagnac. Pese a que la cata de hoy se ha llevado a cabo a principios de este 2017, estas botellas se pueden guardar largo tiempo y la cerveza seguirá evolucionando favorablemente.

Straffe Hendrik Heritage 2015. Cerveza cuádruple belga envejecida en barricas que previamente contuvieron armagnac. 11%

Catada el 24 de febrero de 2017.

• De color hígado brillante y limpio, muy cubierto y con irisaciones rojizas. Crema leonada, espesa pero poco duradera.
• Intensidad aromática elevada. Gran complejidad: para empezar, una nota muy interesante que recuerda a las lambic (sidra, masa de pan fermentando). También muchas frutas: del bosque (algo pasadas o en licor), gominola de mora negra, frutas deshidratadas (orejón, prunas), plátano maduro. Notas de la barrica: marroquinería, caramelo, chocolate, tabaco...
• El ataque dulzón deja paso inmediatamente a una acidez muy equilibrada que recuerda, otra vez, a las lambic. Textura aterciopelada y carbónico evidente que con los años de guarda irá desapareciendo. Final muy largo sin amargor alguno, con nuevas notas de fruta deshidratada y, ahora, de sándalo. Excelente.

No es barata: cuesta 14€ la botella de 3/4, pero bien los vale.