Buscar en Bebercio

Donar

lunes, 13 de marzo de 2017

Fondillón Alone gran reserva 1987

¡Por los pelos!

Un poco más tarde y hoy no publico, qué tragedia, lo sé. Pero, como en las películas de aventuras, aquí está el héroe, saving the day in the last minute. No exagero nada, ni un poquitín.

Ya probamos el fondillón Alone gran reserva, nada menos que en su añada de 1970, cuando tuvimos ocasión de comer en el magnífico restaurante Riff de Valencia, no obstante no llegamos a catarlo como mandan los cánones. Hoy trataremos de subsanar tamaña carencia con la añada de 1987, catada en Zalacaín, de Madrid, del que hablaremos en breve y por el que hoy (junto a otros motivos) llego tan, pero tan tarde.

Ya os dije entonces que el fondillón era un vino dulce levantino que había vivido épocas mejores, aunque nunca ha dejado de estar presente en nuestro mundo vinícola. Elaborado con la uva tinta monastrell (de la zona, claro), nos dice Mauricio Wiesenthal en su fabuloso opúsculo Etiquetas de oro que el fondillón "es el más exquisito y legendario de los vinos de postre valencianos. [...] El nombre de fondillón procede de la palabra 'fondo', ya que este vino se dejaba envejecer largamente en las barricas hasta que sedimentaba y doraba sus taninos, convirtiéndose en pura solera." A mí ya se me ha hecho la boca agua.

Como hemos tenido ocasión de comprobar, el fondillón Alone está presente en grandes restaurantes españoles, siempre como vino de postre. De la mano de la bodega alicantina Bocopa, es un acompañamiento magnífico para postres, especialmente los salados, ya sean quesos curados o cacao negro con un punto de sal.

Fondillón Alone gran reserva 1987
Bodegas Bocopa
DO Alicante
16%
Catado el 13 de marzo de 2017.
  • Caoba abierto y limpio con irisaciones verdosas. Con estos vinos generosos tan oxidados uno se pierde en la fase visual y termina por no saber si las uvas de partida son tintas (como en este caso) o blancas. Este mismo color lo podríais encontrar en generosos que tomasen como punto de partida uva blanca, como olorosos o amontillados (que se elaboran con palomino fino).
  • Intensidad aromática altísima: una nota empireumática clarísima de entrada. También fruta muy deshidratada: dátiles, higos (y pan de higo), prunas y, sobre todo y de forma muy evidente, guayaba. Algo poco habitual y muy interesante. También hay aromas de cacao, de mora, de algarroba...
  • Ataque ligeramente dulce (casi seco) y muy fresco, pese a lo cual se muestra graso y amplio. Paso con grandes toques umami y salinos. Final muy largo, con notas salinas marinas. Qué rico.
Obviamente, nos interesa poder leer la etiqueta y ver el vino en la copa; pero el entorno, como os decía, es Zalacaín.
Por cierto, 30 añitos tiene nuestro amigo, y tan pancho.

No hay comentarios:

Publicar un comentario