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martes, 14 de marzo de 2017

Viña Real gran reserva 1939 (con 77 años de guarda)

El 1 de septiembre de 1939 los nazis invadían Polonia, campaña a la que se sumarían más adelante los soviéticos estalinistas. La invasión del país finalizó el 6 de octubre de ese mismo año, con la completa ocupación, la división y la anexión por parte de ambas potencias del territorio polaco. Esta invasión marcaba el comienzo de la II Guerra Mundial.

Al mismo tiempo que ocurría tan luctuoso suceso, hace casi 80 años, se vendimiaba la uva que daría lugar al vino que hoy vamos a catar. En España acababa de terminar la guerra civil (el 1 de abril de ese año), otra atrocidad injustificable, y este vino habría de sobrevivir más que muchos de sus potenciales bebedores.

En aquella época la información de la etiqueta no era tan rigurosa como ha de serlo hoy. Sabemos que el vino es un Viña Real, de la Compañía Vinícola del Norte de España (CVNE), que la añada es el 39 y que viene de La Rioja. Poco más. No conocemos el grado, aunque se puede suponer que sería 13 o 13,5%; no sabemos la uva empleada, aunque cabe imaginar que mayoritariamente sería tempranillo; el color azul de la banda inferior de la etiqueta nos lleva a concluir que es un gran reserva, pero no lo indica por ninguna parte.


Etiqueta y cápsula todavía conservan su integridad, y no hay merma significativa. Todo ello tras más de 77 años.


Ya hemos probado algún Viña Real por Bebercio, concretamente un crianza de 2007. Son vinos bien estructurados, muy clásicos y con gran potencial de envejecimiento. Un gran reserva envejece mejor que un crianza, como cabría suponer, y hoy lo vamos a comprobar. Aún así, los vinos no son inmortales, y uno casi octogenario corría el riesgo de estar muy estropeado: por eso había que tratarlo con mucho cuidado.

La opción fue llevárselo a Raúl Miguel Revilla, sumiller del restaurante Zalacaín, durante su servicio, para acompañar un gran almuerzo. Él eligió, muy acertadamente, abrirlo como si de un oporto vintage antiquísimo se tratara: degollando la botella para no tocar el corcho. Además, dada su antigüedad, prefirió no decantarlo y simplemente servirlo con cuidado, para evitar airearlo más de la cuenta. Todas decisiones muy acertadas, la verdad.


Raúl en Zalacaín, calentando al fuego las tenazas...


...y aplicándolas, una vez están al rojo, al cuello de la botella. Tras un rato aplicaría frío a la misma zona con otras tenacillas enfriadas en agua con hielo...


...y el vidrio partió limpiamente, sin riesgo alguno de que saltasen pedacitos. Así el corcho y la cápsula no se manipulan. Obviamente hay que servir desde el cuello, ya que la boca ha salido con la pieza completa.


Este es el vino más antiguo del blog, y el más antiguo que un servidor ha catado hasta la fecha (he probado algún brandy con más de un siglo, pero esa es otra historia). Como os decía, lo habitual es que ningún vino resista tanto tiempo (la mayoría se estropea mucho antes, incluso de marcas celebérrimas), pero este fue una gratísima sorpresa. Vamos a comprobarlo:

Viña Real gran reserva 1939
Compañía Vinícola del Norte de España (CVNE)
DOC Rioja
¿%? (seguramente 13 o 13,5)
Catado al descorche en Zalacaín el 13 de marzo de 2017.
  • Granate desvaído, capa media (con su edad cabría esperar que la capa fuese casi transparente). Ribete totalmente pardo.
  • Intensidad aromática media-alta (algo también sorprendente para los años que tiene). Muy evolucionado, pero en absoluto estropeado: no hay defectos (de nuevo, increíble). Aromas terciarios predominantes: frutos secos (nuez, cacahuete, anacardo), cuero, salsa Perrins, sándalo, cacao, nuez moscada, café... También rosas marchitas, pasas, oliva negra, queso Taleggio... Deliciosa nariz, muy compleja y variada, sin notas discordantes.
  • Suave, ligero y elegantísimo. Acidez fresca, nada disparada (y esto sí es llamativo, porque la acidez nunca deja de crecer con el paso de los años). Seco, muy salino, con cierto umami. Taninos escasos, pero presentes. Persistencia sorprendentemente alta. Genial.
 
 El granate parduzco del vino en la copa hace juego con la moqueta y las paredes de la sala principal de Zalacaín. Atención al cuello de la botella una vez degollada.


Este vino, como bien comprenderéis, no se encuentra en tiendas, y la posibilidad de que haya estado conservado en perfectas condiciones durante tanto tiempo (como en este caso) es baja. El precio que pudiera alcanzar si alguien tuviese una botella y decidiera venderla es fiesta variable, pero siempre hablaríamos de cientos de euros por su extrema rareza. Así que, cuando la vida nos permite probar este vino en buenas condiciones, hay que disfrutar del momento, atesorarlo y, como ahora hago con vosotros, compartirlo.

Gracias a todos por vuestra atención. Espero que os haya resultado interesante.





3 comentarios:

  1. Hay tantas cosas que me han sorprendido que no se qué decir, gracias por compartir tan increíble experiencia

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  2. Cuanta delicadeza, muy interesante, hasta me apetece tomarme un Rioja y no bebo...salud

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  3. Fantastica descripción de una envidiable experiecia!

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