La variedad empleada en el caso que hoy nos ocupa es la llamada mallorquina, un clon de la empeltre oriundo de la isla que cuenta con DO propia (aceituna de Mallorca), y que no habíamos tenido ocasión de catar aún. El elaborador (Rafael Pons) desarrolla todo el proceso de forma individual, desde el vareo de los olivos (propios) hasta el embotellado final. Por supuesto, tiene almazara propia. Elabora tres aceites, todos ellos monovarietales: uno con cada una de las olivas aceptadas por la DO (la DO del aceite, claro, no la de la oliva mallorquina, no os liéis).
En la botella se indica la añada de la cosecha (2016), algo que valoro mucho y que no siempre se hace (recordad que el AOVE no mejora con el tiempo, es importante consumirlo antes de un año). Los olivos de los que se obtiene la oliva cuentan un mínimo de 75 años y, en ocasiones, bastante más: la finca en la que se cultivan (Son Alzines) lleva siendo olivar más de cinco siglos (ya sabéis que el olivo es un árbol muy longevo, llega a cumplir milenios y todavía da fruto).
Ullaró mallorquina
100% mallorquina AOVE
Rafael Pons
DO Aceite de Mallorca
Catado el 30 de marzo de 2017.
- Frutado alto: tomate rosa (como los de Barbastro), almendra, césped.
- Amargo muy bajo.
- Picante bajo.
La foto está tomada en el "bar de aceite" del WOOE.
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