Royal Salute 38 Stone of Destiny

El primer whisky que catamos en Bebercio (de hecho, el primer destilado) fue el formidable Royal Salute 21, hace hoy exactamente tres años. Para conmemorar tal acontecimiento vamos a catar uno de sus hermanos mayores: el Royal Salute 38.


El sobrenombre que recibe este blended cuyos güisquis más jóvenes tienen al menos 38 años es Stone of Destiny, esto es, "Piedra del destino", nombre que alude a la Stone of Scone, un bloque de arenisca de 150 kilos (un pedruscazo, vamos) que lleva siglos usándose en las coronaciones de los reyes de Escocia primero, de Inglaterra después (Eduardo I la capturó y se la llevó a la abadía de Westminster) y del Reino Unido en los últimos tiempos. La ponen en el trono bajo un tablón y el monarca aposenta sus reales posaderas sobre ella a la hora de coronarse. La última, en 1953, fue Isabel II, claro.

El whisky viene presentado en una botella de porcelana elaborada por la bicentenaria marca francesa Revol; en lugar de etiqueta lleva un escudito hecho a mano y chapado en oro de 24 kilates, y el tapón imita la empuñadura de un claymore (mandoble escocés). Sería fácil pensar que la supuesta joya del tapón (que podéis ver frente a Birno) es la que evoca la Piedra de Scone, pero sería un error: es la propia porcelana de la botella la que imita la textura y el color de dicho pedrusco.

Royal Salute 38 years old Stone of Destiny
Chivas Brothers Ltd
Blended Scotch Whisky
40%

Catado el 19 de mayo de 2017.

• Topacio oscuro, incluso ocre, con irisaciones verdosas (algo que ya vimos en el Royal Salute 21). Escasa lágrima.
• Intensidad aromática alta, pero no altísima. Es bastante goloso: frutas deshidratadas (orejón, naranja y, marca de la casa, piña), manzana asada. También una nota muy clara de tabaco de pipa (tal vez sea la nota más evidente de todas) acompañada de otros toques terciarios: maderas aromáticas, cuero, hogar. En segundo plano se advierten ciertas notas verdes todavía: oliva verde, plátano macho.
• Ataque muy potente, mucho más de lo que su edad auguraba. Paso muy umami, con claras notas ahumadas. Final cálido (la acidez es escasísima en todo momento) largo.

Es un whisky bastante sorprendente en muchos aspectos, pero sobre todo en dos: cómo se manifiesta con la edad que tiene y cómo se compara con su hermano más joven.

 
En el primer caso, el relativo a la edad, sorprenden la potencia y la falta de acidez. Es, tal vez, el whisky premium más cálido que he tomado nunca, y ya llevo unos cuantos. La escasa lágrima auguraba que el paso no iba a ser graso, efectivamente, algo que tampoco esperaba. Y toda esa potencia, con tantos años, no deja de chocar. Lo cual me lleva a recomendaros, aunque suene a herejía, que no lo bebáis solo: mezclad con agua (con o sin gas) o, incluso, con una buena soda: lo va a resistir perfectamente y lo va a agradecer. Saldrán nuevos aromas y vuestra lengua no arderá.

Respecto a las comparaciones con el Royal Salute 21, sorprende que el de mayor edad sea más potente, además de más goloso en nariz y más umami en boca. En ambos casos aparecen las vetas verdosas y el inconfundible aroma de piña natural, eso sí, y ambos vienen presentados de forma muy llamativa y elaborada (aunque eso es ajeno al destilado en sí). Y aquí viene la comparación final entre ambos: si el de 21 años cuesta unos 150€ (con las consabidas oscilaciones del mercado) el hermano mayor, a sus 38, quintuplica ese precio: 750 lereles de vellón. Prohibitivo para casi cualquiera, ciertamente.