Sí, por Maastricht. Esta ciudad, también llamada Mastrique en castellano, se ubica en el extremo sudoriental de los Países Bajos. Pese a ser la capital de la región de Limburgo, está tan alejada de cualquier núcleo importante de población de su país como cerca de varias ciudades de primer orden de otras naciones: tanto Aquisgrán (Alemania) cuanto Lieja (Valonia, Bélgica) quedan a un tiro de piedra.
La ciudad toma su nombre del río Mosa (Maas en neerlandés), concretamente parece que del latín Traiectum Mosae, esto es, "cruce del [río] Mosa", por un puente que construyeron los romanos aquí. Y es que esta ciudad es la más antigua del país, fundada en el 500 a.C.
Pues el caso es que en esta ciudad, célebre por ser la cuna de la Unión Europea y del euro (a través del tratado que lleva su nombre y que se firmó en 1992), es también una ciudad rica en monumentos y lugares históricos. Y vamos a detenernos un segundo en uno de esos monumentos: la Dominicanenkerk ("Iglesia de los Dominicos"), una obra gótica del s. XIII, actualmente desacralizada y que alberga en su interior... ¡la librería más bonita del mundo! (según el periódico The Guardian).
Boekhandel dominicanen, que así se llama, fue diseñada por el estudio Merkx+Girod. Respetaron la arquitectura gótica original, pero añadieron en el interior dos pisos en metal, exentos, llenos de libros. También excavaron un sótano para albergar los cuartos de baño y el almacén, y...
diseñaron esta fantástica puerta de acero cortén como acceso al interior de la iglesia-librería. Pero la cuestión no se quedó ahí, ya que para el ábside de la iglesia, decidieron instalar...
...¡una cafetería! ¡Bien!
Mesitas alrededor del ábside y una mesa central compartida con forma de cruz latina, todo bajo un gigantesco candelabro que cuelga del techo de la iglesia. Muy propio.
La empresa encargada de gestionar el café es Coffeelovers, una compañía neerlandesa con varias sedes en el sur del país y base en Maastricht, donde se pueden encontrar seis de sus establecimientos. Su proveedor es Maison Blanche Deal, que lleva ocupándose del café moseno desde 1878.
El mostrador tomado desde el segundo piso de la librería (por eso el picado tan acusado). Preparan café de muchos tipos, y también té. Y ahí se acaba la cuestión: si queréis refrescos o cervezas, tendréis que ir a una de las innumerables terrazas de la ciudad (muchas de ellas con techos de cristal, para los numerosos días de lluvia).
La máquina de café: una lustrosa Mirage de Kees van der Westen con tres pocillos.
Una opción clásica: un espresso doble (con el característico turroncito de toda esta zona, desde Limburgo hasta Luxemburgo).
Una opción más heterodoxa: un frosty frappé, un granizado de batido de leche con café y canela. Para amantes de la leche y del dulce, más que del café. Con su galletita.
Resumiendo: si pasáis por Maastricht no podéis dejar de entrar en la librería más bonita del mundo, caramba, que leer te da más vida, y viajar también. Y, ya que estáis allí, aprovechad y tomad un buen café sentados en el ábside de una iglesia gótica, que no es precisamente algo que muchos hagan a diario, ¿verdad?
Coffeelovers Dominicanen
Dominikanerkerkstraat 1, 6211 CZ, Maastricht
+31 433 561 944
http://www.coffeelovers.nl/en/locaties/dominicanen/
Espresso: 2,25€ / Latte: 2,65€ / Frosty frappé: 3,25€
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