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sábado, 19 de agosto de 2017

Dock's

De Amberes hemos hablado ya en varias ocasiones, y hemos comido en varios de sus restaurantes. El puerto de la ciudad, en la desembocadura del Escalda y del que también hemos hablado, es el segundo mayor de Europa, superado solo por Rotterdam.

Una de las visitas obligadas de la ciudad: Het Steen, el edificio más antiguo de la misma, es una fortaleza medieval construida junto al río para defenderse de las incursiones vikingas. Detrás se ven los tinglados para reparar embarcaciones y, sobre todo ello, el maravilloso cielo de Amberes (cuando no llueve).


Muy cerca de esta fortaleza, cuando aún no ha terminado uno de pasar tinglados, aparece un restaurante formidable, construido en un antiguo almacen del muelle, especializado (cómo no) en platos de marisco y pescado, y llamado apropiadamente Dock's.

Ya la fachada va anunciando que no es el típico restaurante. Ahora veréis por qué lo digo...


Nada más entrar nos recibe la barra, que a mí me recuerda a la estación de Metro de Arts et Métiers, en París. Y es que todo el restaurante parece sacado de una novela de Verne o de una película steampunk. La foto está un tanto borrosa, sería la emoción. Mis disculpas.


El restaurante está dividido en dos pisos, comunicados por esta escalera (al fondo de la cual tenéis a mi señor padre, al que invité gustosamente a cenar). No me digáis que no parece que hemos entrado en el Nautilus, el submarino del Capitán Nemo. La decoración es obra del arquitecto portugués Antonio Pinto.


En la segunda planta hay este reservado, justo en el centro, apto para cinco personas (y donde, en realidad, te conviertes en el centro de atención, más que estar en privado).


Empecemos a comer: gazpacho de bogavante con aguacate y tomate pelado. Teniendo familia andaluza, la crítica al gazpacho de Flandes iba a ser peliaguda, pero el plato salvó el corte sin problemas. Es un gazpacho, con su tomate, su pimiento, su pepino, su pan, su vinagre y su AOVE (este aspecto lo cuidan mucho). No tiene ajo, que fuera de España y las dos Coreas se toma poco, pero se lo podemos pasar por alto. A cambio, lleva carne de bogavante y el acompañamiento de verduras cortadas y peladas que veis.


Lenguado a la meunière: un clásico de la gastronomía francesa, donde son fundamentales dos aspectos que aquí se solventaban perfectamente: la calidad del pescado (obvio) y de la mantequilla (no tan obvio). Acompañado, como podéis ver, de ensalada y patatas fritas (las segundas son el acompañamiento por excelencia en Bélgica, y qué bien las hacen).


Y aquí me vais a permitir enrollarme un poco. Qué visión, amigos míos: el plateau Dock's, para amantes del marisco. Para empezar, os diré que hay en el restaurante barra de ostras (la podéis intuir en la foto de las escaleras, tras mi padre) y que las cuidan mucho. Empezamos, pues, con media docena, de tres tipos distintos, todas ellas de Gillardeau: dos Fine de Claire nº3, dos Kara Savi M4 y dos La Comtesse M3. Las Kara Savi son ostras francesas que han llevado a Irlanda, al condado de Kerry, para que crezcan y se desarrollen allí, y son deliciosas (sin menospreciar al resto). Flanqueando a estas seis joyas tenemos seis langostinos cocidos, camarones (que se comen perfectamente sin pelar), los mejores bígaros que he tenido la suerte de probar (limpísimos, consistentes, sabrosos y aromáticos, además salían enteros) y buccinos (Buccinum undatum, parecidos a las cañaíllas).

Este plato es una maravilla, y solo cuesta 37,40 €. Yo me quedé satisfecho con él, pero si queréis más lo podéis completar (aumentando el precio, claro): cabe la posibilidad de incluir medio buey de mar (por otros 17 lereles) e, incluso, medio bogavante (otros tantos eurípides). Por marisco no va a ser.

Las bebidas están muy cuidadas también, algo que se agradece. La carta de vinos se centra en los blancos y espumosos (con referencias incluso españolas), tienen una magnífica carta de cervezas (estamos en Bélgica) y los vinos de postre y generosos están muy cuidados asimismo (incluso tienen madeiras, alguno de los cuales hemos probado ya).


Un último detalle, también muy cuidado: el café (en este caso un espresso), de calidad y con su onza de chocolate negro. Bien, bien.


En resumidas cuentas: un restaurante cuya decoración ya lo hace digno de ser visitado, en un entorno turístico formidable (el de la parte más antigua de los muelles de Amberes), con magníficos platos de pescado y marisco (acordes con el lugar en que se ubica), que también cuida las bebidas, el aceite de oliva y el café, con servicio muy amable, horarios más amplios de los que suele haber por estos lares (salimos casi a medianoche) y precios ajustados. No me extraña que la Guía Michelin le haya concedido el Bib Gourmand. Nosotros volveremos, tenedlo por seguro.
 
Actualización a 12 de noviembre de 2020: y volvimos, vaya si volvimos... para encontrarnos con la puerta cerrada un año y otro. Aunque no dicen nada oficial, y la página-web sigue ahí, después de varios años hay que concluir que han cerrado definitivamente. Una pena.

Brasserie Dock's
Jefe de cocina: Yannick Frooninckx
Jordaenskaai 7, 2000, Amberes
 +32 32 266 330
http://www.docks.be/en/
Plateau Dock's: 37,40 €



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