Buscar en Bebercio

Donar

domingo, 13 de agosto de 2017

Kirei T4

La Terminal 4 del aeropuerto de Madrid-Barajas fue abierta al público en 2006 (aunque llevaba terminada desde 2004) y, pese a la controversia que ha suscitado en todo momento por retrasos, sobrecostes, ubicación y acceso, hay que reconocer que es muy meritoria arquitectónicamente, además de ser una de las mayores terminales del mundo en cuanto a superficie se refiere.

Con sus 760 000 metros cuadrados, tengo entendido que solo la T3 del aeropuerto internacional de Dubái y la T3 del Beijing Capital (Pekín) son mayores que la T4 madrileña.


En toda esta superficie, lógicamente, hay numerosos bares, tiendas, kioskos de prensa y, también, restaurantes. Uno de ellos es Kirei, la segunda marca de un viejo conocido de esta casa: Kabuki.

En Madrid hay dos restaurantes Kabuki [actualización: en diciembre de 2021 hubo divorcio en Kabuki, y el Kabuki Wellington dejó de llevar ese nombre], ambos acreedores de una estrella Michelin; hace varios años decidieron abrir una propuesta más desenfadada y asequible, pero con la calidad y el estilo marca de la casa, y el nombre elegido fue Kirei.
 
En principio estaban alojados en el interior del desaparecido Teatriz, una propuesta interesantísima del grupo Vips (grupo que ha ido perdiendo interés y calidad en los últimos años, supongo que a raíz de la crisis). Teatriz eran no uno, sino varios restaurantes y bares dentro de un antiguo teatro (el Beatriz, de ahí el nombre) y resulta que Kirei se fue a ubicar sobre el escenario del mismo.

Con el cierre de prácticamente todos los restaurantes de alta gama del grupo Vips, Teatriz desapareció y, aparentemente, también Kirei. Por eso me alegró reencontrarlo en la T4, en un espacio también interesante desde el punto de vista arquitectónico (aunque su ubicación dentro de la terminal es normalita, nada comparable a estar en el escenario de un teatro). Está en la zona internacional, así que solo se puede comer allí si se tiene billete para volar y se va con tiempo.

El restaurante visto desde la terminal. Está frente a la sala VIP.


La sala vista desde dentro. Desde luego, el estilo aeroportuario es evidente, aunque se agradecen el empleo de madera y la abundante luz exterior.


La carta siempre fue una versión simplificada y reducida de las de Kabuki, con precios más asequibles y elaboraciones más sencillas. Veamos algunos ejemplos:


Ensalada de wakame y sésamo. Un clásico de la cocina japonesa, servido como aperitivo para ir abriendo boca.


Sunomono: otro clásico, ensalada de pepino marinado. En este caso el pepino va acompañado por alga kombu (Saccharina japonica), un alga muy popular y sabrosa.


Goma wakame: una ensalada parecida a la del aperitivo, solo que en este caso es más abundante y viene acompañada de pollo, para los que comáis carne.



Si queréis un bocadito para ir abriendo el apetito, una idea interesante es el nigiri de aguacate, sencillo y sabroso.
 
 
Seguimos con los bocaditos: nigiri de hotate (vieira japonesa, Mizuhopecten yessoensis), sabrosísima y con una textura deliciosa.
 

Aquí tenéis todo un histórico de Kabuki: el nigiri de huevo de codorniz con trufa negra. Fusión asiática-europea en un solo bocado; todo un exponente del "sushi ibérico" que ha hecho célebre al chef Ricardo Sanz.


Interesante combinación de colores naranja: temaki de salmón picante. El temaki es un cono de alga nori rellena de arroz y, normalmente, pescado (como si fueseis a preparar maki pero, en lugar de hacer un cilindro y cortarlo, se os abriese por un lado y decidierais comerlo a modo de cucurucho).


California roll de huitlacoche: el huitlacoche es un hongo del maíz que le da a este un color, aroma y sabor muy especiales. Estamos, pues, ante un plato que fusiona oriente y occidente, Japón y México.
 

Futomaki de cangrejo de caparazón blando: aunque lo llamen futomaki, para mí es un California roll, como el anterior. En este caso, relleno de cangrejo que acaba de realizar la muda, por lo que su exoesqueleto todavía está blando y se puede comer. También lleva aguacate y huevas.
 

Usuzukuri de vieira con sal de chorizo: otra fusión, esta vez con España. Usuzukuri no es un plato, sino una técnica de corte con el cuchillo de cocina denominado yanagiba, técnica consistente en cortar finas lonchas verticales (lo que en Italia se denomina carpaccio, más o menos).


Y, de postre, un buen sashimi de frutas: sandía, plátano, papaya, piña, kiwi, mango y frambuesas, con un toque de hierbabuena. Todas frescas y recién cortadas. [Actualización: tras la pandemia retiraron este plato de la carta. Una pena]. Si no queréis fruta...


... podéis decantaros por este sorbete de yuzu, ese cítrico oriental tan refrescante.


Ya sabéis: si vais a tomar un vuelo desde (o hasta) la T4 y os apetece cocina japonesa, daos una vueltecita por Kirei. Por cierto, también hay otro en la T1, aunque ese no he tenido (aún) ocasión de subirlo a Bebercio. Todo se andará. 
 
[O no: aunque en 2018 llegué a tomar algo en el de la T1, en 2021 ya no existía, y la entrada no llegará. No obstante, tengo entendido que hay un Kirei cerca del centro de Madrid, en el barrio de Cortes, así que puede que ese si llegue. Veremos].


Kirei T4
Chef ejecutivo: Ricardo Sanz
Aeropuerto de Madrid-Barajas (terminal T4), 28042, Madrid
+34 620 266 405
https://www.restaurantekabuki.com/es/restaurantes/kirei-barajas
Precio medio: 30 €







No hay comentarios:

Publicar un comentario