La vitivinicultura belga es una recién llegada: la primera AOC no fue declarada hasta 1997, y a día de hoy son solamente cinco las que hay (más dos vinos de la tierra). Esta primera denominación de la que os hablaba, con tan solo 20 añitos, es la de Hageland, la región que se corresponde (más o menos) con el antiguo Condado de Lovaina, en Flandes (justo haciendo frontera con Valonia y Bruselas).
Esta foto de la maravillosa Grote Markt de Lovaina la tomé en 1998, un año después de la declaración de la AOC (por eso está digitalizada: el original era en papel; hablamos de hace casi 20 años).
La AOC se llama Hagelandse Wijn, esto es, "vino de Hageland" en neerlandés. En este caso la uva es müller-thurgau, una variedad blanca alemana (las variedades del país son ya alemanas, ya francesas; hasta donde sé no hay vinos de variedades locales propias). La producción es ecológica, y el vino viene en botella tipo Rin, con tapón de silicona y abrefácil en la cápsula.
Kluisberg müller thurgau 2016
Kluisberg BVBA
AOC Hagelandse Wijn
12,5%
Catado el 10 de agosto de 2017.
- Amarillo palidísimo, limpio, muy transparente.
- Intensidad aromática alta: notas predominantes de hinojo y anís, acompañadas de cortezas de cítrico, hierba y fruta tropical (piña aún verde).
- Quedan restos de carbónico todavía. Cierta potencia en el ataque, bastante seco; paso untuoso, buen amargor en el final de persistencia media.
Pues con este nuestro primer vino belga hemos llegado a las 500 entradas dedicadas al morapio. Y mañana llegaremos a las 500 dedicadas a la birra. Tela.
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