¿Qué ocurre si no tienes ni paciencia ni espacio? Pues que no deberías plantearte el paso por madera. Pero si sigues en tus trece, hay otra opción: chips. Como si de los de patata se tratase, uno saca lascas de roble (o de cualquier otra madera; roble es la más utilizada) y, a continuación, cambiamos el símil: como si de una bolsita de té gigante se tratara, se infusionan estas lascas (metidas en una malla) dentro de los tanques de cerveza.
Esta práctica, que está prohibida para vino en el Viejo Mundo, es legal en el caso de la cerveza, y surge de tanto en cuanto. El aroma de la madera que se obtiene es muy acusado, pero suele estar desintegrado del resto de aromas: va a su rollo, por así decir, y eso se nota.
Hoy os traigo uno de los ejemplos de chip más logrados que he visto nunca en una cerveza, aunque sigue sin ser una buena práctica y, lógicamente, no tiene nada que ver con los casos maravillosos que al principio de la entrada os he dejado de birras realmente envejecidas en barrica, con paciencia.
Cornet. Cerveza belga de alta fermentación con infusión de chips de madera. 8,5%
Catada el 8 de agosto de 2017.
- Dorado intenso algo turbio, con crema marfil abundantísima, muy duradera y algo pegajosa.
- Intensidad aromática elevada: recuerda a un chardonnay con barrica (ya os dije que era uno de los ejemplos más logrados) mezclado con malta de whisky: vainilla, pan tostado, humo, flor blanca. Los aromas que predominan son los de madera con tueste plus, pero hay alguno de la cerveza (las flores).
- Potente, con buen frescor en el paso. Final amargoso de persistencia elevada.
Pues sí, tal vez el mejor empleo de chips que me he encontrado. Eso sí, insisto: sigue pareciéndome una práctica nada recomendable, y os emplazo a probar cervezas realmente envejecidas en barrica para que comparéis y veáis la diferencia.
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