No soy, desde luego, el primero, ni voy a ser el último, evidentemente, que haga esta foto en Oviedo: en primer plano la escultura de La Regenta (basada en la novela de Clarín, en la cual la ciudad cobra un protagonismo muy marcado) y, detrás, la catedral gótica con su torre de 80 m.
A ver, a lo que íbamos, que me voy por las ramas: resulta que La Paloma es un bar-restaurante de Oviedo fundado en 1900 y que ha cambiado de manos en algunas ocasiones, aunque siempre de una forma un tanto endogámica, y que sigue abierto a día de hoy en la capital asturiana.
Resulta también que elaboran un vermú propio, que dan en la casa a 4ºC, sin hielo, con limón y oliva; vermú envejecido en barrica de roble que es posible (en contadas ocasiones) catar fuera de su casa matriz, porque embotellan una pequeña cantidad para llevar (pero hay que ir allí a por él). Resulta que una de esas botellas cayó en mis manos, y hoy la voy a compartir con vosotros, queridos míos.
La Paloma vermouth solera 1900
Carmen García Menéndez
15%
Catado el 22 de septiembre de 2017.
- Pardo con ribete topacio e irisaciones verdosas.
- Intensidad aromática baja: genciana, maderas exóticas, pimienta negra, salazón, cacao.
- Pungente, con paso en el que se marcan el metal y el frescor. Final acusadamente amargo (incluso más que la mayoría de vermús, que ya de por sí son amargos), pero sin ser desagradable: está claro que lo sirven tan frío para contrarrestar este amargor, que a los parroquianos menos aficionados al vermú puede resultar excesivo (no es mi caso). Persistencia media-alta. Francamente interesante.
Disculpad este disparate de imagen, tan picada y con semejante fogonazo sobre la copa: era una cata monográfica de vermú y esta botella era la séptima que catábamos; la foto la hacían amablemente dos de los invitados (uno iluminaba y el otro fotografiaba) y yo seguía explicando cuestiones vermuteras a los asistentes; eran las tantas, el alcohol en sangre era alto...
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