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martes, 3 de octubre de 2017

El Anejón 2011

Tranquilos los aficionados al vino, que no me he olvidado de vosotros.

Es verdad que últimamente hemos estado muy dedicados al vermú, pero es que al pobre lo teníamos muy olvidado y había que darle caña; por otra parte vamos ligeramente adelantados con las cervezas, aunque sea solamente porque todavía bebemos (y nos queda) de lo que catamos durante nuestra estancia anual en Bélgica, tierra cervecera por excelencia y antonomasia. Sed, pues, comprensivos, por favor.

Para compensar a los aficionados al morapio que se sientan un tanto descuidados, os traigo hoy una joyita muy rica que le he llevado a mi tío para solazarnos en mutua compañía, que él bien lo vale. Se trata de un vino de finca de la muy conocida casa Pago de Carraovejas, en Peñafiel, dentro de la Ribera del Duero vallisoletana. Ya hemos catado por estos lares su crianza, que es el básico de la casa (un básico de 25 pavos, ojo); hoy nos vamos con su extremo opuesto: un vinazo requetecuidado de parcela que lo flipamos.

Esta foto tan alucinante (propia, por supuesto) os muestra el también alucinante castillo de Peñafiel. Fijaos bien, porque lo vamos a ver reproducido en la etiqueta de nuestro vino, que no en vano es de esta tierra.


Venga, vamos por partes: la mayoría es, como cabría esperar, tinto fino (que es lo mismo que tempranillo en la Ribera del Duero); hay un pequeño aporte de merlot (5%) y de cabernet sauvignon (4%), todo dentro de los cánones vallisoletanos de esta DO.

La fermentación transcurre en tinas de madera y con levaduras autóctonas de la finca, para caracterizar al máximo el vino. Luego pasa un añito en barrica de roble francés y se clarifica con clara de huevo antes de embotellarse con un corcho (de una sola pieza) de los más largos que me he encontrado en mi andadura.

El Anejón 2011
Pago de Carraovejas SL
DO Ribera del Duero
15,5%
Catado el 2 de octubre de 2017.
  • Picota muy cubierto y muy oscuro, con ribete granate. Limpio, con lágrima media.
  • Intensidad aromática alta (tarda en abrir, recomiendo decantarlo): furfural, nuez moscada, crayón, fruta negra sobremadura, naranja sanguina.
  • Suave, sedoso, con paso en el que destacan el frescor y notas umami. Taninos cremosos. Persistencia muy elevada. Francamente rico.
Además de comprobar lo que os decía del corcho, podéis ver en el dibujo de la etiqueta la silueta del castillo de Peñafiel que teníais en la foto anterior. Si es que no damos puntada sin hilo.
¿Y cómo se llama nuestro Anejón? Pues unos 75 lereles, que no es poco. Cuido bien a mi tío, claro que sí.


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