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martes, 17 de octubre de 2017

Imperial gran reserva 1950 (con siete décadas de guarda)

¿Recordáis el Viña Real gran reserva del 39 que catamos en marzo de este año? Pues la misma compañía elabora, en otra bodega, Imperial. Y lo hace solo en las añadas excepcionales, y lo viene haciendo desde la década de 1920.

La variedad predominante es tempranillo, acompañada por mazuelo y graciano, una terna muy típica de la DOC Rioja. Se envejece tres años en barrica y otros cuatro en botellero antes de salir al mercado, y se encorcha con corchos de una sola pieza y 5 cm.

Todo esto (variedades, añadas excepcionales, envejecimiento previo, buenos corchos) le da un potencial de guarda formidable. Potencial que vamos a poner a prueba con una botella que ya ha cumplido los 67 añitos, tela, y cuya etiqueta pasa de decirnos el grado alcohólico, como hacía su hermano Viña Real ya mencionado.

La botella antes de abrirse, siendo observada cuidadosamente por los tres elefantitos habituales de Bebercio (en sentido antihorario y desde arriba a la izquierda: Loxa, Birno y Koch). No hay contraetiqueta. Atención a la merma tan escasa para los años que tiene, por cierto.


Sale de mi colección particular y nos lo pimplamos mi tío y yo ayer. Ya os digo que le cuido mucho (y él a mí, las cosas como son). La botella la conseguí hace varios años y la he tenido conservada en cava y con atención a potenciales fugas. A la hora de abrirla se planteaba otro dilema: el Viña Real 1939 lo abrieron en Zalacaín con forceps, que es lo ideal en estos casos, pero el chache no tenía. Así pues, se impuso el sacacorchos de patillas (también llamado de mayordomo).

Detalle del corcho tras retirar la cápsula, que ya de por sí era algo laborioso. Abajo a la derecha tenéis el sacacorchos de patillas, para los que no tuvieseis claro lo que es.


Con cuidadito y calma el corcho, totalmente empapado en vino, fue saliendo. Con todo, como os decía, decantamos (también con cuidadito y calma, que es un vino muy delicado) el contenido. Y a catar se dijo.


Imperial gran reserva 1950
Compañía Vinícola del Norte de España (CVNE)
DOC Rioja
¿%? (seguramente 13 o 13,5)
 
Catado el 16 de octubre de 2017 (1ª cata, con 67 años de guarda):
  • Pardo oscuro de capa media-alta con ribete ocre. Sorprendentemente limpio (cierto que lo decanté con mucho cuidado, pero incluso así).
  • Intensidad aromática muy alta. Aromas de evolución (normal, claro): genciana, compota de fruta negra, cantidad de salazones: anchoas, cecina, lomo ibérico, salsa Perrins. Una nota de Pyralvex.
  • Muy suave y delicado en boca. Paso claramente salino y umami, con la acidez marcada pero no disparada. Persistencia media-baja, con notas de vermú rojo y salmuera por vía retronasal. Muy evolucionado y muy rico.
Las escasas tiendas especializadas que aún tienen alguna botella las venden por unos 250 lereles. Es mucho dinero y es un vino muy evolucionado: hay que estar muy seguro de entender y apreciar los aromas y sabores de evolución (y de saber abrir corchos viejísimos) antes de embarcarse en una aventura como esta. Pero aquí un servidor la ha disfrutado, así que... me contáis.


[Actualización a 4 de mayo de 2023]: Bueno, pues voy a ser yo el que os cuente, después de cinco años largos, porque tenía otra botelluca y la hemos abierto tras esperar, pacientemente, un lustro.

Fuimos mi tío y yo hace dos días nada menos que a Viridiana, en Madrid, y llevamos este vino al descorche (que Abraham tiene el buen gusto de no cobrar): quedó tan contento con la elección que él mismo se tomó la molestia de descorcharlo y servirlo. Por supuesto, le convidamos a catarlo.

El vino no solo sigue excelente, sino que, me atrevería a decir, ha mejorado. Por cierto, tiene la misma edad que el propio Abraham García que descorcholo, aunque decir esto quizás sea indiscreto. Vamos allá:

Catado el 2 de mayo de 2023 (2ª cata, con casi 73 años de guarda):
  • Granate intenso con ribete teja. Hay sedimento en la botella, pero sirviendo con cuidado no aparece en la copa.
  • Intensidad aromática más alta de lo que esperaba: dulces de guayaba y de fresa, café, chocolate, almendra, arrope, higo seco, caramelo... Jo, qué bien.
  • En boca se muestra seco y bastante salino, pero con una acidez muy viva formidable que equilibra la sal y acompaña al cuerpo que, sorprendentemente, es medio: no ha caído en estos 73 años. Como colofón, resulta que los taninos aguantan, dando una persistencia media. Genial.
Al descorche en Viridiana, donde lo pasamos fenomenal.
 
 


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