Se elabora mayoritariamente con garnacha tintorera (ya sabéis que es una de las escasísimas variedades tintas que tiene la pulpa coloreada, y no solo los hollejos), acompañada por monastrell. Es decir, variedades locales, típicas de la zona. Un año en barrica de roble francés redondea la jugada.
Por cierto, cuando caté este vino, hace un lustro ya (cata antigua, de las que denomino "de hemeroteca", esto es, de mis cuadernitos de antaño, previos al blog) se llamaba La Atalaya a secas. Andando el tiempo le han añadido "del camino", vaya usted a saber por qué. Respeto el nombre original porque la cata es de aquel vino y no del de ahora.
La Atalaya 2009
Bodegas Atalaya
DO Almansa
15,5%
Catado el 14 de noviembre de 2012.
- Rojo picota cubierto. Ribete cardenalicio virando a teja.
- Muy complejo en nariz: fresa licorosa, mineral (témpera, cera Plastidecor) ahumado, cuero, oliva negra, balsámicos (enebro, ciprés).
- Seco y salino, algo astringente en el ataque. Paso fresco, potente. Persistencia media con notas de salazón (cecina) por vía retronasal.
Perdón por no tener foto propia. Esta de Internet no está mal, ha habido suerte.
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