Vinya Gigi 2009

Jean Leon (generalmente sin tilde, aunque en el caso de la razón social va con ella) es el pseudónimo que eligió Ceferino Carrión, un santanderino que tuvo una vida de lo más azarosa y aventurera y terminó afincado en Los Ángeles. Por el camino se las apañó para ser el primero (o eso quiere la fama) en introducir en España cepas de cabernet sauvignon y de chardonnay (de contrabando, no os quepa duda).

Aunque hace ya más de dos décadas que nos dejó, su influencia en el mundo vinícola español sigue presente, empezando por los vinos que llevan su nombre. Precisamente vamos a catar uno de ellos, un blanco (de chardonnay, uva que, como os digo, introdujo él en el país) muy particular.

Está elaborado en el Penedés y las uvas proceden de la finca que le da nombre (Vinya Gigi): vides de más de 25 años sobre cinco hectáreas de suelo arcilloso-calcáreo pegaditas a la bodega. Fermentado sobre sus lías en barricas de roble francés, en las que posteriormente lleva a cabo una crianza de seis meses. Todo esto le da un gran potencial de guarda, que ahora pondremos a prueba (se embotelló en julio de 2010 y lo abrimos en octubre de 2017).

Vinya Gigi 2009
Jean León SL
DO Penedès
14%
Catado el 20 de octubre de 2017.

• Amarillo dorado intenso, limpio, con irisaciones color miel y buena lágrima.
• Intensidad aromática muy alta: una nota evidente y agradable de frutos secos (cacahuete y avellana), chocolate blanco, hinojo, anís, pimienta blanca. Al agitar surgen aromas de fruta madura: plátano macho, membrillo, melocotón. Muy buena nariz.
• Bien graso y amplio en boca, con paso untuoso en el que la acidez va dejando paso a notas salinas y umami. Final muy amargoso y bastante picantón, oleoso. Persistencia elevada con notas de limón seco y camomila. Muy chulo, sí señor.

La añada actual es 2015, cuesta 20 lereles y tiene una imagen totalmente distinta a la que veis (no solo la etiqueta, también la botella, que ha pasado de borgoñona a bordelesa). Supongo que es decisión del grupo Torres, dueño de la bodega (a la cual deja mucha independencia, eso sí).