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miércoles, 17 de enero de 2018

Casa Mingo

El primer restaurante del año es toda una institución en Madrid (y por muchas razones): Casa Mingo.

Hablamos de, tal vez, la sidrería más antigua de la capital (abrió sus puertas en 1888) y, a la par, hablamos de los pollos asados, tal vez, más famosos de la ciudad. Digo lo de "tal vez" en ambos casos porque no quiero que me acuséis de dogmático, pero yo diría que podría decir "seguro" en ambos casos y no equivocarme. Pero siempre se puede investigar más.

Sita junto a la celebérrima ermita de San Antonio de la Florida, donde descansan los restos de Goya bajo los recién restaurados frescos que el maestro pintó, es un monumento al casticismo y al buen yantar sin mucho gastar (a veces decís que solo publico restaurantes con estrella y de precios elevados, pero no es siempre el caso y, como muestra, un botón).

San Antonio de la Florida desde la propia Casa Mingo. Si andáis por Madrid, acercaos a ver los frescos del de Fuendetodos: merecen con creces la visita.


Y aquí está Casa Mingo: toda la manzana, dos pisos, junto a la ermita.


El edificio era un almacén de utillaje durante la construcción de la inmediata estación ferroviaria del Norte (actualmente Príncipe Pío) en la que trabajaron muchos asturianos. Estos decidieron instalar un lagar en dicho almacén para elaborar su querida sidra, y recibían desde su tierra las manzanas para ello. Actualmente no la elaboran allí, pero la sidra Mingo (ya sea natural o achampanada) se elabora exclusiva y directamente para ellos, sin intermediarios ni posibilidad de conseguirla en ningún otro lugar. Las dos están muy ricas, pero yo me decanto por la natural, la verdad.

Sidra no les falta, ¿verdad?


El otro elemento distintivo de la casa, aparte de la sidra, es el pollo asado. Tienen un asador de pollos propio en el que no solo se preparan los pollos para comer in situ, sino para llevar a casa. Los domingos y festivos las colas que se forman fuera pueden llegar a ser bastante impresionantes. Un servidor ya no come carne, pero en tiempos lo hizo y da fe de la categoría de estos pollastres.

Esta foto está tomada desde la puerta lateral, que da directamente al asador de pollos (a la derecha, tras las cristaleras). A la izquierda está la pequeña barra y, al fondo, tras las mesas, las distintivas barricas que rezan "Casa Mingo". Todo ello bajo la atenta mirada de cientos y cientos de botellas de sidra.


No solo se puede comer en el comedor principal que veis en la imagen superior: hay un pequeño comedor en la planta alta, donde también hay una tremenda terraza resguardada y calefactada durante todo el año. En los meses de clima benigno, que en la capital van desde finales de primavera hasta principios de invierno, también hay terracitas en la calle, tanto en el paseo cuanto en el lateral. Y, pese a la abundancia de mesas, es facilísimo ver gente esperando para sentarse: tal es su éxito. Así que id temprano, si queréis seguir mi consejo.

Vamos a ver qué se puede comer aquí (ya sabemos que pollo asado, pero hay más cosas):

Asadillo con ventresca y huevo: un platillo manchego, consistente en pimientos rojos asados (con algo de tomate, cebolla y ajo). Acompañado de ventresca de atún y huevo duro.


Ensaladilla rusa: tengo una debilidad, tú la sabes muy bien, estás muy enterada... Qué le voy a hacer: la ensaladilla es mi debilidad. Allá donde la sirvan, la pido. Y aquí está a la altura, os lo dice uno al que le gusta mucho y es muy crítico con ella.
¡Ta-chán! El plato estrella, para los que comáis carne: pollo asado. En este caso, medio pollo desnudo sobre una de las mesas de la terraza (en el interior todo es de madera). Incluso cuando comía carne, el pollo solía parecerme soso. No obstante, he de reconocer que este es muy sabroso y está muy bien asado. Por cierto: no pidáis ensalada. La ensalada de Mingo es un churro: pre-elaborada, cubierta con film, con sobrecitos de vinagreta... Culo-culo. En fin, hasta el mejor escribano echa un borrón.

Antes de continuar, una foto de conjunto: pollo asado, pan y sidra achampanada. Todo ello en la terraza cubierta de la que más arriba os hablaba, llena de padres con sus críos. Foto bastante desenfocada, mis disculpas.

Asturias, patria querida... Hoy estoy cantarín. Gastronómicamente, Asturias no es solo sidra: también es queso. Y de entre sus quesos, el más célebre es, cómo no, el Cabrales. Helo aquí, formidable, aromático, sápido, picantón y persistente, como opción de postre salado (en mi caso) o para los entrantes (en el de tantos otros). Como el blog es mío, lo pongo en el orden que me place, pero cada cual haga en su momento lo que más le pluguiere.


Si sois más conservadores en cuanto a postres, una porción de tarta de queso a la sidra puede ser una opción estupenda. Con trocitos de manzana natural y mucho más ligera de lo que imaginéis.




Casa Mingo
Gerente: Rafael García
Paseo de la Florida 34, 28008, Madrid
34 915 477 918
http://www.casamingo.es/
Precio medio: 25 €


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